Encender las velas, montar la mesa más bonita, disfrutar de la mejor comida y vivir en familia. ¡Te enseñamos cómo organizarlo!
Tanto si te toca por primera vez como si ya lo has hecho en veces anteriores, ser el anfitrión perfecto es todo un reto y siempre genera algo de nervios. De hecho, hay quienes empiezan a hacer pruebas de platos días y semanas antes para llegar a la fecha definitiva con todo bien claro.
La clave de todo buen banquete, seáis muchos o pocos en casa, es la organización. Tenerlo todo lo más ordenado posible y muy claro, tanto en cuanto a la compra como a las elaboraciones o a la puesta a punto de todo lo que conlleva ser el organizador de la velada. ¿Ingredientes fundamentales? Papel y boli. Con ellos habrá que escribir la minuta de lo que se va a servir esa comida o cena y, además, de la lista de la compra y de qué hacer antes y qué hacer después. Este último punto puede parecer una tontería, pero nos ayudará muchísimo para ser totalmente eficientes. Y lo primero, antes de comprar nada, revisar lo que se tiene ya en casa.
No improvisar será clave para que todo salga bien así que si quieres algo y lo tienes claro, encárgalo, y si quieres hacer una receta nueva ese día, prueba primero. Si es la primera que te toca a ti estar al frente de los fogones, no intentes repetir lo que ya habían hecho en años anteriores otros familiares; las comparaciones son odiosas y así nadie tiene referencias.
El árbol, el nacimiento, las luces, la decoración de la puerta, las flores de Pascua y todos los detalles que se quieran poner es mejor hacerlo con, al menos, una semana de antelación. Para cuidar la estética se debe elegir un color y apostar por él, con todo lo más uniforme posible, la mezcla de colores puede distraer y abrumar.
La mesa debería ir también en los mismos colores que la decoración y siempre es un acierto elaborar algún centro de mesa con motivos naturales como hojas, flores o maderas. El mantel tiene que lavarse y plancharse antes del día, para ver que está bien, y luego hay que pensar también en algún bajo plato que vista el conjunto. Por supuesto, lo ideal es que las servilletas sean a juego con el mantel. Aún así, será un acierto poner cerca unas servilletas de papel bonitas para que la gente las utilice en el momento del aperitivo y así no se manchen excesivamente las de tela. Si sois muchísimos, una vajilla de papel elegante os ayudará a no tener que poner mil lavavajillas, siempre hace el apaño aunque no sea tan refinado. Alguna vela en el centro de la mesa también quedará fenomenal.
Aunque todo lo anterior sea importante, lo más significativo de cualquier día especial es la comida. Pero elaborar el menú y decidir qué se va a comer no siempre es fácil y se suele repetir mucho el mismo error: pecar de excesivos. Un acierto siempre es unas buenas tablas de embutidos, un poco de paté para hacer tostas, algo de marisco, un entrante ligero y un plato principal. De postre, algún dulce pequeño y algo refrescante para limpiar.
Para empezar por todo lo alto, una cata de diferentes zonas de jamón Joselito para ver las diferencias según las mismas. Algo increíble por cómo van cambiando cada una de ellas en función del corte. Luego, un paseo por el universo Joselito probando el chorizo, el lomo, la papada, la coppa y el salchichón, ¡toda una experiencia! Como paté, se puede escoger uno para untar en pan como el paté de pollo y panceta Joselito pero también otros para comer con cuchillo y tenedor, acompañados de unos encurtidos, un poco de crema agria y algo de mostaza: como por ejemplo el paté en Croute Joselito o el paté de campaña.
Después, entre los entrantes ligeros se podría hacer alguna sopa o crema de invierno, una ensalada como la del calabacín asado con salchichón y yogur, algo de marisco original como la ensalada de navajas escabechadas y jamón o apostar por la verdura con un cardo en salsa de almendras con papada Joselito o un trinxat de col y longaniza Joselito. Todos ellos perfectos para dejarlos hechos con antelación y no tenerse que preocupar casi en el momento de ser disfrutados.
Como plato principal, el acerito siempre será o bien un guiso o un asado. Para ello está el Lomo Wellington, el Roast Pork con salsa de naranja o un estofado de presa al estilo boeuf Boruguignone.
Siempre será imprescindible escoger un pan de calidad para acompañar los embutidos y mojar en las salsas. Por supuesto, sobra decir que los embutidos se pueden cortar con antelación pero siempre filmados a contacto para que no se oxiden. Cuando todo el mundo llegue sólo habrá que retirar los plásticos y ser tremendamente felices.