Llevamos unas semanas de frío helador, como diría mi madre. Es lo que toca evidentemente, no estamos en agosto. Lo bueno de esto, o por lo menos aquí en Madrid, es que a pesar del frío que estamos teniendo, hay un sol espléndido durante todo el día. Esto la verdad que anima a cualquiera, si no no sé qué sería de nosotros.
Madrid no es una ciudad precisamente fría. Para fría Zamora, os lo digo yo de primera mano que he vivido allí 18 años. Y, además, de fría es húmeda, y como se te meta el frío en el cuerpo, no te lo consigues quitar en todo el día de encima. Todavía recuerdo esas nieblas zamoranas que llega un momento que no solo te afecta al cuerpo sino a la cabeza. Cuando hablo con mi familia y me dicen, “Guillermo hijo, llevamos 11 días con niebla sin ver a la vecina de enfrente”. Ojo, que parece una bobada, pero eso es muy duro.
El caso es que Madrid es una ciudad con una temperatura agradable en invierno, hace frío frío 15 días al año y el resto un invierno más cálido. Lo bueno es que a pesar del frío, el sol que tenemos ahora no solo calienta sino que levanta el ánimo a cualquiera. Te da un subidón salir de casa y ver el cielo azul que da gusto. Yo creo que el problema del invierno (por buscarle un problema), no es el frío precisamente, es la falta de luz, de sol.
En España somos muy de sol, nos encanta el sol. Y que durante el invierno tengamos días tan cortos y noches tan largas nos cuesta muchísimo más. Somos muy de terrazas, de ponernos con los ojos cerrados mirando al sol con cara de relax, somos muy de tumbarnos a la bartola en la playa, muy de pasear y que nos del viento y el sol en la cara…somos muy de vitamina D. Yo no sé en los países Nórdicos como estarán de esta vitamina, pero creo que no muy bien los pobres. Por algo España se vende tan bien fuera.
Y como está visto que el tiempo en invierno cambia (no nuestras ganas de quedarnos a la sombra), nuestras necesidades alimentarias también. Mejor dicho, nuestros platos también cambian, o por lo menos tienen que cambiar o adaptarse. Tengo pacientes que se siguen tomando su gazpachito en pleno enero a un grado de temperatura, pues muy bien oye, quién soy yo para modificarles este hábito. Vamos, aquí un servidor ya ha contado muchas veces la anécdota de verano, cuando voy a casa de mis padres en verano y mi querida madre me hace un puré de verduras con 32 grados. Calentito y la mar de rico, ya os digo que a eso no hay nadie que diga que no. ¿Un gusto o manía rara? Estoy totalmente de acuerdo.
En invierno consumimos mucho formato líquido caliente. Consumimos mucha cuchara, mucha legumbre en cuchara. Mucho guiso de cuchara con patata. Y eso significa que consumimos la verdura en otro formato que nada tiene que ver con lo crudo, como sí podemos hacer en verano. En invierno consumimos las verduras cocidas, hervidas, al horno, cocinadas, fritas, pero muy rara vez las consumimos crudas más allá de alguna ensalada.
Veamos qué tipo de platos en formato líquido tenemos ahora. Os doy un adelanto. El consomé Joselito lo tenemos en las tiendas y no deberíais dejarlo escapar.
En la variedad está el gusto, como dice el refrán. El caso es que entre sopas (que puedes hacer multitud), consomés (quizás los de carnes sean los más típicos), cremas y purés, evidentemente de verduras, te sale una amplia variedad. Además, con la gran suerte de que todos estos formatos líquidos los podemos congelar porque no pierden ni un ápice de sus propiedades organolépticas ni nutricionales.
✅ Consomé Joselito
Os hablé hace unos meses sobre este magnífico consomé hecho con todo el cariño con producto Joselito. Un consomé perfecto para estas fechas para entrar en calor, entonar el cuerpo e hidratarnos de una manera caliente. Un sabor especial y potente que da gusto meterlo al cuerpo. ¿Con qué está hecho el consomé? Con el hueso del jamón Joselito. Si está bueno el jamón, ¡imagínate su esencia!
✅ Crema de calabaza
Mira que yo nunca he sido muy aficionado a la calabaza. Me gusta, pero tampoco me ha dado para más, pero no sé que me ha pasado desde el año pasado que no hay semana que me tome una. Digo tomé, porque yo no la sé hacer y mira que es fácil. Prefiero que me la hagan, me sabe mejor. El caso es que la calabaza es una verdura muy de invierno y, además, muy versátil, pero en crema es muy muy buena. Así que para las noches de invierno, dale a la calabaza, ponle unos taquitos de jamón Joselito por encima, un chorrito de aceite y directamente a disfrutar.
✅ Puré de verduras
Siempre digo lo mismo, en un puré de verduras le puedes poner lo que te dé la gana. Mejor dicho, la verdura que te dé la gana. Que quieres ponerle zanahorias, pues zanahorias, puerro y cebolla, pues sin problema. Es lo bueno de los purés, que tienes cierta libertad. Una bomba de nutrientes, de vitaminas y minerales para el cuerpo, que en invierno siempre andamos más fastidiados de sistema inmunitario
✅ Sopa de estrellas
Esto es como volver a la más tierna infancia de nuestras vidas. No sé si os acordáis de esa pasta en forma de estrella que en los 90’s se ponía en muchas casas. Era una revolución, o por lo menos a mí me lo parecía. Bueno, y para revolución la sopa de letras, eso era de otro planeta. Intentar hacer tu nombre con las letras cuando acababas la sopa. Muchos de nosotros nos hemos criado así.
Ya no hay excusa para entrar en calor, ponerte tu bol de ese formato líquido que quieras hacer y tomarlo bajo la manta. Y lo bien que sienta tomarlo por la noche, con el frío fuera, calentito, que humee…ya os pongo en situación, ¿a qué el invierno ya no es tan malo?
