¿Por qué no darle una segunda vida a uno de tus platos? A partir de unas albóndigas se puede preparar unos dim sum, un pastel de patata y maíz o un salteado de judías verdes.
Evita el desperdicio de alimentos
Hay muchos platos que, con un poco de ingenio, pueden ser utilizados para crear otros. De esta manera creemos que estamos comiendo algo totalmente diferente y, en realidad, es la misma base, pero vista desde un prisma diferente.
Las albóndigas son una de esas recetas perfectas para este menester porque pueden ir enteras en otras preparaciones, o machacadas y deshechas y pueden ser acompañadas por un sinfín de propuestas.
Pasa un poco lo mismo con guisos de carne, con restos de pescado asado o con salsas como la boloñesa (sí, también la boloñesa de longaniza Joselito) que de una pasta puede pasar a condimentar carnes, verduras, ser el fondo de un guiso de legumbres o lo que nos apetezca.
Albóndigas, la opción perfecta para la cocina de aprovechamiento
En esta ocasión, nuestra cocina de aprovechamiento nace de un guiso de albóndigas de abanico Joselito en salsa de azafrán. El único misterio para ellas es calentarlas o bien en el microondas o en un cazo (yo recomiendo más la segunda opción para ligar bien la salsa) y disfrutarlas con unas patatas fritas o asadas al lado o también con unos encurtidos de pepino caseros que le darán frescor al plato, invitando a seguir comiendo sin parar.
A partir de ahí, todo un “abanico” (valga la redundancia) de posibilidades se nos presenta. Estas albóndigas que contienen abanico y panceta Joselito son tiernísimas y jugosas y su salsa, elaborada a partir de caldo de jamón, verduras, un toque de brandy y el azafrán, son perfectas para terminar coronando un plato de lentejas o de patatas guisadas, por ejemplo.
Albóndigas de abanico Joselito con judías verdes
La primera idea sería quizás la más sencilla, aprovechando algunas verduras de temporada como pueden ser las judías verdes. Las judías verdes tienen un dulzor especial que las convierte en grandes amigas de los mejores cerdos del mundo. Ejemplo de ello es el revuelto de judías con papada Joselito y patata chafada o la ensalada templada de judías verdes con solomillo Joselito.
En esta ocasión, sólo habrá que quitar las hebras y cortar las puntas, hervirlas lo justo y saltearlas a fuego vivo en la sartén junto con las albóndigas y su salsa, a la que podremos añadir unas gotas de salsa de soja y unas pipas para terminar.
Receta de Dim Sum
Para los dim sum, la única magia será tener masa de dim sum cerca (o hacerla casera). Cada una de las obleas contendrá una albóndiga y la cerraremos con ayuda de agua para conseguir un shao mai, esos dumplings que quedan abiertos por la parte superior y que suelen ser de masa de huevo.
Una vez formados sólo habrá que cocerlos al vapor unos 7-10 minutos, para que la albóndiga quede bien caliente en su interior, y posteriormente regarlos con la salsa de las albóndigas y poner por encima de cada uno un poco de mahonesa picante. Tan fácil y tan resultón, ¿verdad?
Opción 3, pastel de patata y maíz
Si quisiéramos optar por desmigar las albóndigas, lo primero sería hacerlo. Después podríamos utilizarlas junto con la salsa para montar una lasaña, hacer unos canelones, rellenar una empanada o hacer un pastel de patata y maíz; una de esas recetas tan típicas en la cultura anglosajona.
Para ello, lo más importante será hacer un buen puré de patata. Siempre chafado, nunca triturado con una máquina, y con una buena cantidad de mantequilla en él. En ese puré me gusta añadir un poco de nata para esta preparación y también algo de queso rallado o desmenuzado, por ejemplo un parmesano o un reblochón, y algo de maíz cocido.
Las albóndigas de abanico Joselito irán desmenuzadas, con su salsa, en la base del recipiente apto para el horno y por encima se cubrirá con el puré de patata y se terminará con más queso por encima. Sólo habrá que gratinar para culminar la felicidad.