En esta época estival tenemos muchas cosas buenas más allá del sol y el buen tiempo. Por lo menos para la mayoría de los seres humanos, es época de vacaciones. Seguro que hay muchos que en verano le da toda la pereza irse a una playa abarrotada de personas donde no puedas clavar la sombrilla ni estirar la toalla sin meterle el pie al de al lado. Que sí, que es muy apetecible irte en septiembre cuando las playas están más tranquilas, los bares y chiringuitos tienen sitio y se puede disfrutar mucho más, pero lo de quedarte aquí todo agosto en la oficina, sinceramente se me hace de lo más cuesta arriba, a mi personalmente.
También te diré que no tenemos porqué ir a la playa, que parece que pensamos en verano y no hay otro destino. Eso es de primero de turista. Yo creo que estoy todavía en primero de turista en cuanto a mi vida vacacional se refiere. Antes era muy de viajar, conocer países y cuanto más lejanos mejor, es decir, poner muchos kilómetros de por medio. Recuerdo hace años cómo me dijo mi amiga Celia una frase que me marcó, “no concibo un verano saliendo de España”, y yo pensé que esta chica estaba equivocada, que lo que había que hacer en esta época del año, era aprovechar para conocer otros lugares, otros países, otras culturas…que España siempre está ahí todo el año, que hay que salir y disfrutar.
Pues desde la pandemia ese pensamiento ha cambiado por completo. No, no me he vuelto loco y he optado por perder la ilusión a conocer otros países, pero me prima mucho más mi tierra, mi país y encontrar lugares nuevos en casa. Me encanta disfrutar de todo, no solo de la playa, no solo de irte a Formentera en pleno agosto o escapadas a Valencia en julio (que también), sino de conocer una Galicia desconocida, una Andalucía profunda, o una Castilla y León de lo más natural, aunque con el incendio reciente de Sierra de la Culebra, me da una pena como se ha quedado mi querida Zamora, una auténtica pena.
Hay que pensar que las vacaciones están para desconectar y descansar principalmente, y eso cada persona lo hace de una manera diferente. Lo que a ti te gusta y te funciona, al de al lado le puede resultar ilógico e incomprensible. También te diré, menos mal, porque sino todos iríamos a los mismos sitios y sería imposible disfrutar.
Dicho esto, lo que os voy a proponer son diferentes planes naturales. Naturales me refiero que no vamos a hablar de visitar Nueva York en verano con todo el asfalto del mundo que eso conlleva, sino que vamos a ver y a descubrir posibles planes naturales (made in Spain) que en tiempos pasados hemos dejado apartados por “proximidad” o por tenerlos siempre ahí y que me parece importante revisitarlos y descubrirlos de nuevo.
Vamos a juntar lo que más nos gusta, el destino con la comida, viendo diferentes opciones de alimentarnos allí donde vayamos. Por lo tanto, si ya tienes tus vacaciones cerradas no pasa nada, estos planes son sin reserva, pueden durar un mes como un día. Lo más importante y fundamental de estos planes es disfrutar y desconectar, que para eso están las vacaciones. Y si todavía te queda para tus vacaciones, pues paciencia, que todo llega.
Visto que hay muchísimos tipos de vacaciones, de destinos y de formas de desconectar de nuestra rutina y de nuestro día a día (que eso al fin y al cabo es de lo que se trata unas vacaciones), vamos a poner la horma con el zapato, la aguja con el dedal, el yin y el yang…vamos a ver esos duetos de comidas con el lugar al que vayamos a desconectar en los próximos días:
La ensalada en la playa
Quizás sea lo más fácil de llevar y lo más ligero de comer. Hay que pensar que en la playa estamos a pleno sol y hace mucho calor, por lo que meterte algo caliente apetece poco, y mucho menos apetece hacer una digestión pesada. Puedes optar por una ensalada de coppa de Joselito, con una base de patata y pimiento rojo junto con algo de cebolla. Lo mejor es esta base, ponerle alguna verdura como espárragos.
El bocadillo en la montaña
Un clásico. Además no voy a ir a lo fácil con el típico bocadillo de Jamón Joselito, no no, esta vez cúrratelo un poco más. Si vas a hacer una ruta en la montaña, a parte de ir bien hidratado y pertrechado (no te olvides ponerte crema que ahí también da el sol), vamos a optar por un bocadillo de presa ibérica Joselito curada con quinoa suflada. Una receta de Clara que me parece un puntazo llevar a cabo. Parece muy complicado pero échale un vistazo a la receta que es de lo más sencillo.
La tortilla en la pradera
Esto sí que es un buen plan de verano. Coger tu cesta de mimbre, meterle unos platos, un mantel de cuadros y una buena gorra que te proteja del sol. Creo que la tortilla con pimientos no puede faltar. Con o sin cebolla va en el gusto de cada uno, pero lo que sí que no puede faltar es un poco de salchichón Joselito. Es como la guinda al momento tortilla en la pradera.
La empanada en el pueblo
¿Quién no conoce lo que es una merienda-cena? En mi familia somos muy de este plan en verano. A eso de las 8 de la tarde se sacan unas cervecitas, alguna lata y como plan extra, ¿Qué os parece una empanada de chorizo Joselito? Vamos a aparcar la típica empanada de atún que está muy vista. Una nueva versión, diferente, alegre y potente, te digo yo que no te quedará ni un pedazo de empanada.
Pues ya lo habéis visto, planes naturales y diferentes unos de otros. Para todo tipo de públicos, para todo tipo de gustos, para todo tipo de formas de disfrutar de unas más que merecidas vacaciones de verano.