Crujiente, sabrosa, con una salsa adictiva y todo el umami del jamón Joselito. Aprende a preparar la que será tu ensalada César favorita con un toque muy especial.
Una de las ensaladas más famosas en todo el mundo es, indudablemente, la ensalada César. Su nombre se debe al propietario del restaurante donde fue creada, el del hotel Caesar’s de Tijuana. Hasta allí llegó el italiano Remigio Mugia y decidió elaborar una ensalada a base de lechuga romana y croutons con un aliño de mahonesa con anchoas y mostaza y terminarla con bien de queso parmesano y pimienta negra. Y triunfó.
Lo del añadido del pollo fue claramente posterior y es como normalmente se ve esta ensalada tanto con su versión frita como a la plancha o a la barbacoa. ¿Por qué no cambiar ese pollo por unos deliciosos taquitos de jamón Joselito? Mucho más profundos de sabor y con toda la esencia de las bellotas y la hierba en la ensalada. Además, si se quiere, un poco de cebolla caramelizada le va de maravilla. Por supuesto, si preparáis la ensalada delante de los comensales como manda la tradición del hotel Caesar’s os llevaréis un punto más de sofisticación y éxito con vuestros comensales.
Dentro de que hay muchísimo mito y fábulas alrededor de esta ensalada, pues hay quienes defienden que su salsa original no contenía anchoas, por ejemplo, han incluso registrado la marca para hacer el condimento “original” con el que todos podríamos regar nuestra lechuga y que nos sepa a la auténtica receta.
No obstante, no hay mejor salsa César que la hecha en casa, sin aditivos y con un equilibrio perfecto entre todos sus ingredientes. Si después de preparar nuestra ensalada César Joselito nos sobrasen taquitos de jamón, las recetas de aprovechamiento con ellos son casi infinitas. Se pueden agregar a una quiche o a cualquier tarta salada, se pueden saltear unos espaguetis con un poco de mantequilla y los taquitos o se puede ir un paso más allá y preparar clásicos de la cocina española como unas alcachofas con jamón o un salmorejo que siempre tiene a bien ser terminado con jamón y huevo duro.
Los taquitos funcionan también muy bien para hacer unas croquetas, claro está, o para dar sabor a una bechamel que condimente unos canelones o una lasaña, ambas dos ideas para llevar al trabajo sin renunciar al sabor y a la calidad. La tortilla de chorizo quedará fantásticamente bien también con taquitos de jamón y los baozi de secreto y jamón son una delicia para viajar al más lejano Oriente y sumirnos en las tradiciones asiáticas potenciándolas con el mejor producto del cerdo Joselito. ¿Aún nos sobran? Pues a triturar muy finos y convertirlos en un polvo o sal de jamón para terminar platos como un delicioso hummus de garbanzo o un baba ganoush.
Ahora sí, vamos a preparar nuestra ensalada César Joselito, con taquitos de jamón que podrían ser sustituidos por daditos de presa salteada o solomillo a fuego muy fuerte, haciendo las veces del pollo. ¿Qué opción prefieres?
Para la salsa: