Como dice el refrán, “es mejor prevenir que curar”. Y si con esta prevención, al final hay que curar, pues eso será harina de otro costal, pero empecemos por lo primero, por una prevención ante la Navidad. Muchas veces esperamos a solucionar el problema cuando nos podemos adelantar un poquito y que el problema al final no se nos vaya de las manos.
El problema al que nos referimos se llama Navidad. No, en serio, la Navidad no tiene el problema ni tampoco es el problema, sino que somos nosotros mismos. Nosotros somos los que tomamos decisiones, los que bebemos champán para brindar, los que nos comemos más polvorones de la cuenta, los que repetimos el asado en la cena de Noche Vieja…no la Navidad, la culpa no es de la Navidad, es nuestra y nosotros somos los que tenemos que poner límites.
Tips para sobrevivir a la Navidad
- Consciencia- ¡Ay esta palabra! Nos cuesta horrores. Quizás el hambre emocional parte de este tema, de la pérdida de la consciencia en todo lo que comemos (y bebemos). Vamos a tener muchas celebraciones fijas (y las que no están fijas), y para ello tenemos que ser conscientes de todos. Saborea, degusta, huele, disfruta todo lo que pase por tu boca, ahí está la clave. Y sobre todo hazlo despacio, que no hay prisas que si no desarrollamos ansiedad;
- Control- Piensa que en Navidad las comidas y cenas se alargan en el tiempo. En tu rutina diaria comes en 20 minutos aproximadamente de una manera tranquila y con una cantidad de alimentos determinada. En Navidad estos festejos se alargan hasta las 2 o 3 horas y con comida que se queda en la mesa y que es peligrosa. Sobra comida y eso no significa que perdamos el control. Lo guardamos y para otro día;
- Organización- Si ves que va a haber una gran cena, intenta organizarte un poco y hacer un buen desayuno (sin excesos), una comida ligera y no te olvides de merendar para que no vayas con ansia a esa cena. Lo importante es tener los cabos bien atados y no dejar nada a la improvisación;
- Mini raciones- En estas fechas nos pasamos el día comiendo, cenando, bebiendo y hay que tener algunos recursos para no desmadrarnos. Intenta poner raciones o platos más pequeños durante estos días. Sé que todo estará muy bueno pero la intención es comer menos cantidad ¡y no repetir!
- Calendarizar y programar- Esta palabrita la repito una y otra vez pero es lo más importante de todo para que no se nos vaya de madre la Navidad en este caso. Hay que programar las comidas y las cenas de los días señalados. Es decir, cenas del día 24, 31 y para muchos la noche de Reyes, la del 5 de enero, y las comidas del 25, 1 y 6 de enero. Tiene que haber un equilibrio entre las comidas y las cenas de esos días de “exceso”. Todo bien apuntado
- Apúntate a lo verde- Digo verde porque lo asociamos a verduras, a cosas healthy…por ahí van los tiros. Intenta comer los días de no fiesta mucho más limpio, con un cocinado mucho más sencillo y sobre todo ligero, no podemos ir arrastrando y empalmando digestiones durante estos días.
- Muévete- Esto lo repito hasta la saciedad y ahora mucho más. Hemos hablado de hacer deporte, de llevar a cabo una actividad física, lo que quieras. Ahora ya no solo por evitar coger peso, sino también por hacer buenas digestiones e ir bien al baño. Importante el paseito después de comer para ir más ligeros durante el día.
- Excesos- Que si el polvorón y el turrón, que si el champán para brindar, que si el roscón de Reyes con bien de nata, los chupitos después de cenar que te saca tu tía, los platos de embutido de Joselito de Año Nuevo…todo esto, si no es con control, son excesos, y además son como muchos excesos juntos. Racionalízalos todos y acótalos para no comerlos todos del tirón y sobre todo, todos los días
Con todos estos tips seguiremos disfrutando y siendo felices, ni mucho menos te van a amargar la Navidad. Y si no piensas hacer absolutamente nada de esto, intenta por lo menos no tener remordimientos de conciencia que eso sí que es lo peor.