Las tapas son uno de los signos de identidad de la gastronomía española, las más clásicas se pueden convertir en bocados excelsos si se les aporta el toque Joselito.
¿Qué sería de España sin sus tapas? Estos pequeños bocados en forma de aperitivo que fácilmente se pueden convertir en una comida de picoteo son una de las señas de identidad de la gastronomía española y es que, pudiéndolas encontrar de todos los tipos, pueden ser una auténtica delicia en miniatura. La esencia de la tapa es ser de uno o, como mucho, dos bocados aunque también esas raciones más copiosas en las que ir picoteando en ellas, y están concebidas fundamentalmente para servir la bebida con algo de comida que la acompañe.
Si nos remontamos a la historia de las tapas, la anécdota más extendida es la que relaciona a Alfonso XII con el jamón pues en una de sus visitas al Ventorrillo del Chato le colocaron una loncha de éste sobre su copa de vino para que la arena no entrase en él cuando el viento azotaba, un gesto que gustó al monarca y que pidió repetir posteriormente. Pero la palabra ‘tapa’ no fue agregada a la RAE con este significado hasta 1936 por lo que las tapas como las concebimos ahora son un icono bastante moderno de nuestra gastronomía relacionado estrechamente con la época de escasez tras la posguerra.
Unas lonchas de jamón Joselito son sin duda la mejor tapa con unos picos cerca de un vaso de cerveza o una copa de vino pero también lo pueden ser unas láminas de untuosa y potente coppa finamente laminada, un embutido casi identidad de Joselito que todo el que prueba siente la necesidad de repetir. Además del jamón y de la coppa, los españoles tienen como favoritas las patatas bravas, las croquetas y la ensaladilla rusa; tres recetas que si nos fijamos en el coste de sus ingredientes base es reducido pero que podemos elevar a los altares con un toque ibérico de gracia.
Para obtener unas bravas gloriosas es básico contar con una buena patata, agria si queremos afinar más, primero pochada en aceite de oliva virgen extra a fuego suave y después frita a fuego fuerte y acompañarla de una salsa brava sabrosa a base de pimentón de La Vera potenciada con un poco de la grasa del chorizo que otorgará mayor viveza de sabor y un toque adictivo.
También podremos laminar el untuoso chorizo ibérico Joselito hasta obtener finas tiras tipo cerilla y con ellas rematar una ensaladilla rusa con un toque personal, como la que sirven en Joselito’s Velázquez y que formaría la copa de unas tostas para comer en dos bocados y querer repetir.
Será de mención de honor con una bechamel sedosa en la que el sabor del jamón o del chorizo estén siempre bien presentes; pudiendo terminar por encima cada bolita con una fina loncha de coppa que se atemperará con el calor de la croqueta fundiéndose completamente en la boca.
Elevar la tortilla de patata a los altares será también sencillo simplemente cuajándola de manera suave para que quede untuosa en su interior y terminándola por encima con unas lonchas de lomo Joselito que le aporten ese tono yodado salino con la profundidad del adobo.
En forma de vasito individual, como tapa también se pueden servir pequeños gazpachos y salmorejos condimentados con toppings ibéricos 100% naturales y saludables como taquitos de jamón y salchichón, tanto con versiones tradicionales como con un gazpacho de melocotón, un salmorejo de mango o un ajoblanco de anacardos. ¿Y las gildas vascas? Ahora han roto fronteras y las encontramos por toda la península pero para hacerlas aún más apetitosas resultaría una opción fantástica rellenar unas aceitunas gordales con un finísimo picadillo de salchichón, igual que podríamos hacer con unos champiñones rellenos y gratinados con un suave alioli de miel y este embutido donde la pimenta negra no puede fallar. A los boquerones en vinagre, esos clásicos que se van pinchando con palillos, les podríamos aportar un poco de sal de jamón por encima para que el umami llene nuestras papilas gustativas por completo.
La lista de tapas es interminable y va desde estos clásicos acicalados con el toque especial de Joselito a otras evoluciones más modernas y vanguardistas pero lo que está claro es que si hay una tapa, mejor que sea con Joselito.