Una estupenda forma de cocinar alimentos de temporada y descubrir la auténtica cocina china. Una receta rápida, rica, llena de sabor y con el maravilloso producto Joselito.
Aunque ahora estemos más limitados a nuestras fronteras que nunca, cada vez son menos las oportunidades que tenemos para salir a comer fuera, viajar y probar sabores diferentes y exóticos, siempre tenemos la posibilidad de intentar cocinar los sabores de más lejos en casa.
La comida china, caracterizada por sus sabores picantes y aromáticos, tuvo que adaptarse al fino paladar occidental afinando y endulzando sus recetas, lo que, irremediablemente, se tradujo en un cambio radical de esencia pero pese a ello sí que quedan en España baluartes de la cocina de sol naciente con platos tan autóctonos como el Kung Pao, que aunque normalmente se suele hacer con pollo hoy hemos querido reinterpretarlo con diferentes tipos de coles.
La receta de hoy es pura esencia china-ibérica desde la cocina de nuestros hogares, de forma casera y natural, y bien abanderada por el mejor producto del mundo Joselito. ¡Ah, y con materia prima de temporada!
El plato de hoy es una receta oriental centenaria, originalmente hecha sólo a base de varios tipos distintos de guindillas y jengibre (he aquí la prueba de que hay que variar algo la receta original), que toma su nombre de Ding Baozhen, un gobernante de Sichuán de la época imperial que, supuestamente, le gustaba mucho la comida picante y deshuesada porque no tenía dientes para masticar. Con base a estas directrices, el cocinero de turno creó una receta tierna de pollo que cautivó los corazones de Ding y de todo el continente asiático. Viajó, se modificó y llegó a nuestros días.
Hoy, desde Joselito, se pretenden dos cosas: dar a conocer la cocina china de verdad y honrar a dicho gobernante con la carne más tierna que se hubiera podido imaginar; la del secreto Joselito.
Una pieza jugosa como pocas, de alto contenido graso y cuyo nombre es el mejor ejemplo de su excelsitud. ¿Alguna vez os habéis parado a pensar por qué se llama “secreto” a esta selecta pieza de carne veteada en forma de abanico? Lo cierto es que inspira cierto halo misterioso y sugerente. Dicen que debe su nombre a los carniceros, que guardaban este corte para ellos mismos y para su familia por ser una auténtica exquisitez.
Dos ingredientes, un mismo destino. Las coles (puro alimento de temporada), amadas y odiadas a partes iguales, en todos sus tamaños y colores (coles de bruselas, coliflor, brócoli), constituyen la parte vegetal del plato y, aunque lleve carne Joselito, serán las protagonistas del adobo sichuanés-ibérico-kung pao. Por otro lado, el inestimable secreto Joselito, empanado tipo tonkatsu y bien laminado por encima.
Una exquisitez de temporada que se hace un un santiamén (toda cocina china que se precie ha de tener cocciones rápidas e inmediatas con mucho movimiento de wok), apta para cualquier paladar y muy saludable.