En verano, siempre es bueno tener a mano Joselito, ya que puede solucionarte muchas comidas o cenas, además de rematar y dar una vuelta de tuerca magistral a platos tan típicos y caseros como un emocionante pisto con huevo frito.
Tal vez, el plato de hoy sea la primera receta fusión que apareció en el panorama gastronómico español. Ya por el siglo V (fijense ustedes), los campesinos que habitaban en las provincias romanas de Hispania inventaron un plato denominado "pistus", cuya traducción literal significa "machacado". Por aquél entonces no tenían mucho con lo que poder alimentarse y sólo podían comer los productos de temporada que buenamente les iba proveyendo la huerta.
Muchos siglos más tarde, con el comercio de las Indias en pleno apogeo, llegaron a España muchos productos de las américas que nunca antes se habían utilizado para preparar el pisto, como por ejemplo, el tomate o el pimiento (dos verduras que hoy por hoy se han convertido en parte indispensable de cualquier sofrito y, en consecuencia, de cualquier plato con orígenes mediterráneos).
Los habitantes de la España medieval, generalmente del campo, rescataron la vieja receta del "pistus" romano y le añadieron tomate y pimiento. El resto ya es historia.
El pisto nacía en España como un plato humilde y rural, conservando toda su preparación e historia. Un buen día, algún campesino se levantó con ganas de mejorar el pisto y… ¿Qué mejora cualquier plato? Un huevo frito. Su yema fundente y la clara con puntilla combina a la perfección con la melosidad de la verdura y el tomate del pisto.
Dado que el pisto es un plato de origen campestre y humilde, hay que ser fiel a la tradición y, aprovechando que mucha gente opta por la tranquilidad del campo para veranear, elaborarlo con todo lo que nos recuerda a ello.
Qué mejor forma de vivir el ambiente del campo que con el mejor producto Joselito. El pisto es uno de los platos que más se elaboran en la dehesa Joselito, puesto que al aire libre y rodeado de los amigos es una de las mejores maneras de disfrutar en verano.
Un producto muy de la tierra y que le va estupendamente al pisto con huevo frito es la longaniza Joselito. Hecha sólo con las partes nobles del cerdo, sin conservantes ni colorantes, con el toque picante y ahumado del pimentón, es el contrapunto perfecto para un plato que ya de por sí es bueno, pero que de esta forma es perfecto.
Se podría decir que hay tantas recetas de pisto como familias, ya que cada uno hace la suya. Con patatas fritas, con anchoas, con berenjena rebozada o con garbanzos son algunas de las formas en las que se prepara este delicioso plato que, sin ser necesario seguir reglas, lo mejor que tiene es que las verduras se pueden añadir según la temporada.
Además se puede hacer en un santiamén y se conserva muy bien en la nevera o congelado. Ideal para invertir un par de horas en la cocina y tirar de reservas cuando este calor nos quite las ganas de cocinar.
Aunque estamos en verano, sobre todo si has decidido pasar tus vacaciones en la sierra, hay días que amanece un poco más fresquito y nos apetece alejarnos un poco del clásico gazpacho. La receta de hoy es muy sencilla y fácil de preparar, pero, a la vez, nos aportará una buena cantidad de energía para uno de esos días de verano en los que el sol, como tú, ha amanecido un poco más perezoso.