El aperitivo perfecto para estas Navidades. Aligera la ronda de entrantes navideños (o de cualquier otro tipo de celebración) con estos buñuelos vegetales bien acuartelados por todo el aroma, sabor y gusto de la Coppa Joselito. Un bocado especial, diferente y muy explosivo que encantará a todos los invitados.
Seguro que, aunque ya esté confeccionado el menú navideño de los próximos días, se sigue pensando sin cesar en la posibilidad de meter algún platillo más con el que seguir sorprendiendo y agradando a todos los invitados por igual.
Pudiera darse el caso de que, sin embargo, entre la multitud de bocados se eche en falta algo más de vegetales. No suele ser muy habitual - y debe ser algún fallo cultural - que en nuestra larga lista de preparaciones festivas no aparezcan verduras o platos vegetales y, en cambio, la realidad es que son tremendamente versátiles, nos aligeran la ingesta y combinan a la perfección con todos esos productos gourmet con los que siempre se suele contar: ostras, caviar, fuagrás, ahumados y los mejores embutidos y salazones de la dehesa extremeña.
Por otro lado, puede que haya invitados que de verdad piensen así. Eso es porque no han probado la receta de hoy, que bien podría formar parte del menú de cualquier día para que los más pequeños no pongan pegas a la parte verde de la alimentación, esa tan necesaria.
Estos buñuelos de calabacín con coppa Joselito con jugosos, tiernisimos por dentro, crujientes por fuera y tienen todo el sabor de esa cabezada de los mejores cerdos del mundo. Todo en uno.
Un plato diferente, que tiene verdura y que, seguro que sí, encantará a todo el mundo. Además, si hay algún invitado un poco especial que siempre pregunte lo que se va a comer, se le puede contestar que se trata de unos “kolokithokeftedes”.
¿Cómo? Sí, la preparación de hoy está inspirada en un plato griego que lleva este nombre, aunque en este caso prescindimos de yogur y tantas otras hierbas aromáticas, para acompañarlos de uno de los embutidos más singulares de la casa, esa coppa inspirada en el país de la bota.
El cabecero de lomo es una parte con una alta infiltración grasa, una grasa inigualable e inimitable que se funde y corona todo el buñuelo.
La grasa de calidad, esa que nos aporta tantos nutrientes positivos, sólo con el calor de nuestro cuerpo (y más con el del buñuelo recién frito) se torna traslúcida y se pega en el paladar aportando ese sabor tan característico de los Happy Pig (los cuales ahora están en su mejor momento porque llevan más de 2 meses comiendo bellotas sin parar en la dehesa).
Los buñuelos de calabacín son muy fáciles de preparar ya que sólo tendremos que tener a mano una picadora para triturar bien el calabacín y la cebolla y lo único que haremos será cerciorarnos de tener el aceite del cacillo o freidora que vayamos a utilizar bien caliente para que la película exterior se forme quedando crujiente y absorbiendo poca grasa.
Podríamos además añadir un poco de queso en la preparación, al gusto de cada uno, o algún condimento como curry o albahaca. Una masa etérea y crujiente, con un relleno cremoso y potente por la grasa de la coppa que se cuela en su interior pero también en ese aporte final una vez fuera del plato donde estarán escurriendo.
Para conseguir esto, basta con dos consejos clave: apretar bien el calabacín para que escurra todo el agua; y freír con el aceite bastante caliente para que no se rompan las bolitas de calabacín.
Cuando se muerde, explota en la boca inundandola de todo ese sabor suave y dulzón a calabacín y potente y yodado, pero elegante, de la coppa. En definitiva, Joselito te aporta sabor, aroma y mucha, pero que mucha felicidad. Con productos así de aliados, poco o nada puede salir mal.
Para la tempura:
Tiene que quedar una masa espesa que apenas sea maleable con dos tenedores. Si los calabacines no sueltan mucha agua, echar dos dedos de agua más.