Disfruta del mejor producto de temporada con esta receta de mar y montaña clásica, pero actualizada, llena de sabor y muy fácil de hacer.
Adentrándonos en la temporada invernal de la alcachofa - las hay tanto en invierno como en primavera - es preciso hacer referencia no sólo a las clásicas alcachofas rellenas de jamón que forman parte de nuestro recetario del día a día a manos de las guisanderas, sino también a nuevas formas que estas preciosas flores llenas de capas permiten a la hora de cocinar. Las alcachofas con jamón son todo un éxito pero no sólo rehogadas sino también de otras formas como estas rellenas de sepia y jamón Joselito, aprovechando una combinación mar y montaña del todo especial.
Las Alcachofas, en nuestro caso de La Catedral de Navarra, son una de esas deliciosas verduras que tienen fama de ser difíciles de preparar, pero nada más lejos de la realidad, porque es más bien todo lo contrario aunque hay que saber ciertos trucos en su elaboración para lograr que sus tonos dulces profundos afloren y su suavidad enamore; además de ello son muy ricas y nutritivas.
Bien lo sabían en la Edad Media, donde en la costa mediterránea - se dice que hoy en España entre Benicarló y Tudela se disputan su mejor calidad - se popularizaron tanto que llegaron a convertirse en todo un fenómeno social, consumida tanto por la realeza como por el pueblo llano y es que el consumo de la alcachofa era tanto que la llevaron a la Costa Oeste de América donde hoy en día hay tantas alcachoferas que se han convertido en todo un símbolo gastronómico.
Además de su gran sabor y aroma, son muy beneficiosas para la salud debido a que son una gran fuente de minerales esenciales, de vitaminas y de fibra.
A pesar de que siempre se ha dicho, erróneamente, que se desperdicia mucho producto hasta llegar al corazón ciertos estudios han comprobado que las hojas externas de la alcachofa destacan por su acción depurativa y por la reducción del colesterol, lo que nos permite poder elaborar bebidas "detox" y así desperdiciar la menor cantidad de vegetal posible.
Las propiedades de la alcachofa son múltiples. Son una de las verduras más versátiles y que más formas admiten de preparación: cocidas, salteadas, fritas, al horno o confitadas… Qué técnica emplear dependerá del resultado final que se quiera obtener.
Aunque una de las cosas más importantes cuando cocinamos alcachofas es la referida al mantenimiento de su color y la forma de evitar su oxidación: un chorrito de limón, es la solución para conservar el aspecto siempre brillante de este manjar vegetal igual que también sumergirlas en agua con limón y perejil.
Se recomienda el uso de guantes para su manejo porque tienen la curiosa propiedad de oscurecer la piel de las manos si se está mucho tiempo en contacto con ellas.
Como se ha apuntillado, si hubiese que determinar una receta tradicional de alcachofas, serían las alcachofas con jamón pero en esta ocasión vamos a buscar reinventar esta receta, actualizando la preparación original, rellenando las alcachofas con un guiso elaborado con sepia y daditos de panceta curada Joselito y coronando el conjunto con el mejor jamón Joselito, libre de metales pesados y sin colorantes ni conservantes.
El calor del plato actuará sobre el de la grasa del jamón, de consistencia blanda y untuosa, fundiéndose sobre la alcachofa, inundando el plato y el paladar con un incomparable sabor intenso y prolongado.
16 alcachofas
16 láminas de Jamón Joselito Gran REserva
1 sepia limpia cortada en cuadraditos de 1.5x1.5cm
1 cucharadita de pasta de pimiento choricero
Perejil fresco
1 cebolla
2 dientes de ajo
100ml de vino blanco
50gr de concentrado de tomate
80gr de tomate triturado
1 guindilla
50gr de papada curada Joselito cortada en daditos muy pequeños
50ml de brandy
1 cucharadita de harina de trigo
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta negra recién molida
Si esta receta te ha gustado, te invitamos a que acompañes este plato de alcachofas rellenas de jamón con sepia, con unas tapas de jamón. ¡Triunfarás!