El pasado 14 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Diabetes y muchos nos preguntaban: ¿Los diabéticos pueden comer jamón Joselito? En este post explicamos todo lo relacionado con el jamón en la dieta diabética.
La Diabetes es una enfermedad que, para nuestra desgracia, va en aumento año tras año y cada vez en grupos de personas más jóvenes, debido al aumento de la obesidad infantil en todo el mundo.
En la diabetes, el tratamiento nutricional es una pieza clave para el manejo de la misma, ponerse en manos de profesionales que asesoren y orienten al paciente.
Cuando hablamos de diabetes nuestros pensamientos van ligados directamente al azúcar, al control en la dieta de los hidratos de carbono y sobre todo a la actividad física que se hace en general, pero quizás la dieta es lo que más relación tiene con esta enfermedad. Todos sabemos que los diabéticos deben controlar los alimentos con azúcar pero...
En primer lugar vamos a ponernos en situación y antes de sumergirnos en el tema (sobre todo en lo bueno del jamón), demos un par de pinceladas sobre la diabetes. Hay que tener en cuenta que hay 2 tipos de diabetes:
Diabetes tipo 1 (DMT1) - Es una enfermedad crónica infantil en la que el páncreas no fabrica la insulina suficiente. Las causas de esta enfermedad son varias, desde genéticas, autoinmunes (el sistema inmune se pone en contra de nuestro cuerpo y se produce una reacción contra las células productores de insulina) o por daño ambiental.
Diabetes tipo 2 (DMT2) - Es la considerada “diabetes del adulto”, se suele dar sobre los 40 años pero hoy en día la edad en la que se presenta esta enfermedad se ha adelantado hasta los adolescentes o incluso en niños con obesidad. En este caso el cuerpo presenta una resistencia a la insulina, aunque a diferencia de la DMT1, la capacidad de producir insulina no desaparece. Es cierto que la DMT2 tiene claramente factores genéticos o hereditarios como causa, frente a la tipo 1, y también que el estilo de vida, la alimentación y la actividad física son factores muy importante para el desarrollo de la misma.
De esta manera podemos sacar en claro que una persona con diabetes no sólo se tiene que preocupar por la dieta sino también por el estilo de vida que lleva. Cierto es que cuando hablamos de la dieta de un diabético lo que más hay que controlar o limitar son los alimentos con alto contenido en azúcares, prestar atención a cuándo y cuánta cantidad de carbohidratos se consume a lo largo del día, consumir gran variedad de alimentos integrales, frutas y verduras, y regular el consumo de grasas.
Pero, ¿de qué grasas estamos hablando cuando decimos que hay que regular su consumo? Las grasas que hay que regular y limitar mucho en personas con diabetes (y todas las personas en general) son las grasas saturadas, presentes en muchos alimentos y sobre todo en procesados y ultraprocesados, pero eso no significa que haya que vetar todas las grasas.
Aquí es donde resulta interesante estudiar el jamón Joselito ya que es un alimento rico en grasas instauradas (un total de 18,2g entre las grasas monoinsaturadas y las poliinsaturadas) y ácido oleico, por lo que podemos asegurar que su consumo es positivo para las personas con diabetes, eso sí, importante puntualizar que no sólo de jamón vive el hombre y con esto hay que tener en cuenta el consumo moderado del mismo.
No podemos alimentarnos de este Jamón en exclusiva y hay que regularizar su cantidad en torno a los 50 gramos diarios aproximadamente.
Los ingredientes del jamón Joselito son muy sencillos y 100% naturales: Jamón y sal marina. Esto significa que el contenido en azúcares es 0 gramos. Dejando de lado las grasas y los hidratos de carbono, conviene hablar de otro nutriente importante como son las proteínas, llegando a tener un total de 29,6 gramos. Todos estos valores nutricionales están calculados por 100 gramos de jamón.
En resumen: ¿Una persona diabética puede consumir jamón Joselito? Por supuesto, un sí rotundo, incluso por las propiedades beneficiosas del mismo es recomendable. Pero como bien he puntualizado anteriormente, hay que hacer un consumo moderado del mismo. Esto quiere decir que es bueno su consumo, pero no obligatorio.