Hace poco más de medio año, me encontraba en un evento de Joselito. Creo recordar que era febrero y había tan sólo 33 contagios de Covid-19 en toda España y todavía se hablaba del primer contagio que fue concretamente en La Gomera. Me acuerdo perfectamente de la cifra porque estaba con mi prima Marina y “bromeábamos” sobre el tema sin tener ni idea de la que nos venía.
El caso es que fuimos a la fiesta de fin de Montanera, acaba la época de bellota y era la primera vez que se celebraba, y que espero que sea la primera de muchas porque el Covid-19 no va a poder con nosotros. Tras los saludos iniciales y hablar un poco con Jose sobre cómo está él y su familia, me dispuse (cámara en mano) a fotografiar los jamones y a los cortadores que nos deleitan con sus sabrosos cortes, cual guiri como si fuese la primera vez que lo veía. Tras comer algo de ese jamón Joselito que me encanta meter en la lengua y presionar hasta el paladar con la temperatura de la boca para disfrutarlo mejor y sacarle los sabores (esto se puede considerar foodporn pero desde el minuto uno), pasó por allí Jose y me dijo: “Guille, debería probar la coppa. Conociéndote, sé que te va a gustar”.
Cuando me dijo eso pensé que se había lanzado a la piscina de lleno, al fin y al cabo no hay nada que supere al sabor de vuestros jamones, perdona que te diga. Pero bueno, le di un voto de confianza y me dispuse a localizar un plato con ese manjar llamado coppa según Jose. ¡Y apareció! No sé si fue la grasa pero me encantó. Tampoco os voy a decir que ahora sea del equipo de la coppa ni mucho menos, pero es un embutido para tener muy muy en cuenta. Mucho más sabroso que el lomo, por ejemplo, y cortado de una forma fina que saca todos los sabores, potentes y con cuerpo.
La coppa contiene cabecero de cerdo, sal marina, pimienta y ajo. Lógicamente no contiene hidratos de carbono, pero sí habría que hacer hincapié en la grasa, porque contiene una cantidad muy interesante de insaturadas, por no hablar de las proteínas.
Referente a las sales, y aquí me voy a mojar, vamos a decir algo no tan bueno y es que en comparación con otros embutidos tiene mayor número de gramos que otros. Aún así yo soy gran defensor de la sal, no se puede eliminar de la dieta, lo que pasa es que sí que hay que controlar en todos los sitios donde se pone, pero vamos a ir más al grano y desgranando la coppa nutriente por nutriente:
Todo el valor nutricional se hace por cada 100 gramos de producto, por lo que ¿qué valor energético tiene la coppa de Joselito? Aporta un total de 446 kcal por cada 100 g. Más que el valor nutricional, vamos a denominarlo el valor calórico en sí en calorías.
Antes de meternos en faena en cuanto a la dieta, he de comentar que la coppa Joselito lleva un proceso de curación-desecación de unos 6 meses y tiene un color blanco rosáceo por las vetas de grasa. Eso hace que la carne sea jugosa y de un intenso aroma, como decía antes. Es potente pero nada fuerte y basta de sabor, es decir, que si queremos desayunarla, confieso que yo ya lo he hecho. Nada que ver con trincarte un bocadillo de chorizo a las 7 de la mañana.
Creo que la coppa de Joselito es el gran desconocido y un gran descubrimiento por lo menos en mi caso. Conocemos el jamón, el chorizo, salchichón, longaniza… hemos hablado de todos ellos y explicado sus contenidos nutricionales y propiedades de cabo a rabo, y ahora le toca el turno a la coppa.
Todos estos platos son combinaciones saludables y equilibradas nutricionalmente. La coppa es un alimento muy sabroso, apetecible, y hay que elegir buenos ingredientes equilibrados y no muy fuertes para que el sabor de la coppa destaque por encima de todo. Y como siempre digo, combinar con alimentos de temporada. El otoño es una estación muy buena para el tema gastronómico, así que hay que aprovecharlo, que esto no ha hecho más que empezar...