La pasta al pesto es una de las más icónicas de la gastronomía italiana, con esta versión con brócoli conseguiremos una textura muy especial, más sabor y nutrientes y una combinación perfecta con todos los matices del jamón Joselito.
Pesto de brócoli, ¿qué es?
La pasta siempre ha sido una muy buena amiga de los embutidos, y si no que se lo digan a la carbonara. O a los gnocchetti sardi con longaniza y setas de otoño, a la boloñesa de longaniza o a los lacitos con espinacas con bechamel de jamón. Y otro gran amigo de la pasta siempre ha sido el pesto, en sus diferentes colores y condimentos.
El pesto genovés es quizás el más conocido en todo el mundo, ese que se elabora a partir de albahaca, piñones, pecorino, parmesano y aceite de oliva virgen extra, pero también existen otros como el pesto rojo y todos los que se han ido creando alrededor de ellos: el pesto de rúcula, pesto de lombarda, pesto de lechuga, pesto de almendras, pesto de setas o este pesto de brócoli que será el compañero perfecto del jamón Joselito.
Para algunos tipos de pesto no hace falta cocción alguna, pero en este caso sí que nos vendrá bien escaldar el brócoli ligeramente antes de triturarlo con el resto de los ingredientes para conseguir ese ungüento que será el pesto, la salsa que condimentará nuestra pasta.
Utilización de los diferentes tipos de pasta
Con el tipo de pasta entramos en un terreno farragoso porque esta que utilizamos en la receta no es, para nada, la pasta que se suele utilizar para un pesto común en Italia. Más que nada porque estos tallarines, estilo soba, provienen de Japón donde se consumen fríos en la mayor parte de las ocasiones.
Igual que la carbonara se hace siempre con pasta seca, generalmente espaguetis o bucatoni o como mucho tallarines finos, cada salsa en el recetario italiano tiene por costumbre ir apegada a un tipo de pasta.
Por ejemplo, los bucatini suelen hacerse con salsa amatriciana, los macarrones o penne con “arrabbiata”, los tallarines al ragú y los lacitos al salmón. Matrimonios que suelen ir de la mano aunque siempre podemos pedir el divorcio y optar por otras parejas. O, como en esta ocasión, por utilizar un tipo de pasta foránea para un pesto que es absolutamente delicioso sea italiano, español o del más allá.
Por supuesto, cualquier pasta empleada funcionará de maravilla con esta combinación. Una vez hecho el pesto podrá guardarse en la nevera sin utilizar dos o tres días pero se oxidará, así que lo mejor es emplearlo lo antes posible.
El jamón Joselito loncheado será el toque final, se añadirá justo al terminar la receta, sin tocar el calor directo. Aportará un punto de umami necesario para lograr la perdurabilidad en el paladar, ese retrogusto que le llaman.
Ingredientes pasta con pesto (2 personas):
- 240 gr de tallarines soba.
6 lonchas de jamón Joselito. - Queso parmesano rallado.
- Sal.
- Aceite de oliva virgen extra.
Para el pesto:
- 300 gr de brócoli.
- 1/2 diente de ajo.
- 10 g de albahaca.
- 30 g de harina de almendra.
- 30 g queso parmesano curado.
- 70 g Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Unos pistachos pelados.
- Pimienta negra molida.
Preparación:
- Cortar el brócoli en floretes y escaldar en agua hirviendo con sal durante 5 minutos. Colar bien y enfriar rápidamente para que no se pasen de cocción.
- Poner las florecillas de brócoli en un triturador y triturar junto al ajo, la albahaca, la harina de almendra y el queso.
- Triturar muy bien y añadir después el aceite de oliva y la sal.
- Cocer los tallarines también en agua con sal el tiempo que marque el fabricante.
- Cuando tengamos todo listo, saltear los tallarines en una sartén con un poco más de aceite y el pesto, y también pimienta negra molida. Añadir los pistachos pelados.
- Servir los tallarines y terminar por encima con más queso rallado y las lonchas de Jamón Joselito.