¿Quiere disfrutar de algunos de los mejores cortes Joselito por más tiempo, guardar y reservarlos para cuando guste, y sin restarles un ápice de sabor para que sorteen la consabida merma sápida que apareja el paso del tiempo? Pues está de enhorabuena, porque ahora la compañía salmantina implementa la congelación por medio de nitrógeno líquido para un surtido de lo más sublime.
Apunte: la Selección de Cortes de Carne de Temporada Joselito congelada se compone de 1 pieza de Presa Joselito, 2 piezas de Pluma, 2 tercios de Lomo, 2 piezas de Secreto y otras 2 de Solomillo. Se adquieren en la tienda online de Joselito y llegan en un santiamén con un servicio de mensajería especializado en transporte congelado –y con todas las garantías sanitarias– al calor de su hogar. Dése prisa porque esta selección está disponible solo hasta fin de existencias.
Y usted se preguntará... ¿y cómo actúa el nitrógeno líquido, que nos recuerda más el mágico recurso de muchos chefs cuando orquestan su alquimia gastronómica? Lo explicamos... para no dejarles fríos.
Se trata de un sistema criogénico, que estudia tecnologías para la producción de temperaturas muy bajas, por debajo de -80 ºC, hasta la temperatura de ebullición de los agentes criogénicos, tales como el referido nitrógeno líquido. Y hete aquí que este humeante y mágico frío mantiene la suculencia y textura de los alimentos, prolongando su tiempo de conservación sine die. Gracias a esta temperatura, radicalmente gélida, la congelación se produce en apenas unos minutos en vez de las horas que necesitan otros sistemas tradicionales o convencionales como las cámaras (congelación mecánica). La metodología, frecuentada por los gurús de la gastronomía y grandes empresas de la alimentación, provoca la formación de una gran cantidad de cristales de hielo de un tamaño minúsculo, lo que garantiza la perpetuación de la humedad y la calidad de los productos al mantener intacta la estructura de los alimentos.
La ecuación es sencilla: el nitrógeno líquido permite una mejor congelación, lo que mantiene la proteína intacta, además de no soltar esa indeseada agua al descongelar. El resultado: el sabor y la textura llegan a la boca como si fueran de productos frescos.
Los cristales de hielo que se forman son más numerosos, de un tamaño infinitamente diminuto, y son más homogéneos lo que permite conservar al máximo la estructura física de los alimentos. Así, las reacciones normales al deterioro de los mismos por son mínimas. Además, las bajísimas temperaturas impiden la proliferación de población microbiana y añaden una progresión matemática: cuanto más baja el termómetro, mayor resulta la vida útil del producto. Los cristales remueven el calor sensible y el calor latente. Así de sencillo.
La ultracongelación con nitrógeno no hace más que utilizar el elemento más común en la atmósfera (el 78% del aire que nos rodea) y mandarlo a las catacumbas del frío. Además, el nitrógeno ni aporta aroma ni sabor ni color, porque carece de ellos, y es un gas eco e inerte. No se mezcla con otros elementos, a menos que se provoque una reacción química. En España esta técnica es totalmente novedosa si hablamos de carne de cerdo. Es un sistema muy parecido a la metodología que se sigue con el exquisito atún almadraba. El cliente lo recibe en la comodidad de su domicilio, pero la calidad es muy superior a los congelados industriales a los que estamos acostumbrados.
Para que la Carne de Temporada Joselito regrese a la vida culinaria desde su frío sano y radical, hay que descongelarlo primero en la parte más fría de la nevera, idealmente durante 24 horas hasta su total descongelación. Una vez listo, a cocinarlo como guste. Y si tiene dudas, en nuestro blog puede encontrar una retahíla de suculentas recetas, fáciles, nutritivas y saludables. Y no dudamos de que subirá la temperatura ambiental de la felicidad doméstica.
