¡Ya estamos en junio! Esto me da una alegría que no os podéis ni imaginar. Por varias cosas. El invierno es muy invierno. Hace frío. Y más que hacer frío, los días son muy cortos, oscurece antes. Eso significa que no hay muchas horas de luz. Los días son más tristones. Pasear en la mayoría de los casos se hace desagradable por el frío, la lluvia, el viento. Es decir, que lo que más nos puede apetecer es quedarnos en casa.
Junio trae el buen tiempo de manera continua. Quizás ese buen tiempo se nos ha adelantado un mes con temperaturas superiores a los 30 grados…No me quiero imaginar cómo vamos a estar en agosto. ¿No queríamos calor?, pues toma calor. Pero bueno, volviendo un poco a esa alegría y a esa felicidad, quizás el buen tiempo vaya muy de la mano con la felicidad, no sé si para todo el mundo pero seguro que sí para una gran mayoría.
Hay estudios que confirman que países con climatologías más hostiles y con menos horas de sol tiene un alto número de suicidios. Está claro que el tiempo no hace que la gente se suicide más o menos, pero sí que es verdad que influye en sus emociones, en su carácter y en su estado de ánimo. La gente que vive en países con buen tiempo, con más sol, son personas más alegres, más animadas, y quizás más felices.
Pero no sólo el buen tiempo nos da felicidad. También hay otras cosas como la salud o el cariño que nos aportan felicidad. Un abrazo en un momento dado nos produce mucha felicidad. El sentirnos queridos, reforzados e integrados, nos aporta mucha felicidad.
Por no hablar de que gozar de una buena salud y no tener enfermedades y mucho menos dolores, nos aporta un buen chute de felicidad que posiblemente no valoremos ni tengamos en cuenta. Esto va a sonar un poco a abuelo cebolleta, pero cuantos más años vas teniendo, más vas valorando estas pequeñas cosas que en el fondo son las más importantes.
Cuando eres un niño, sólo quieres jugar, tener a tus amigos y los juguetes que te gustan. Como que la salud y el cariño están incluidos, pero con el paso del tiempo eso se puede ver afectado, no siempre está.
Hay más cosas que nos dan felicidad, por ejemplo tu plato favorito. A mi el pollo asado de mi madre (que por cierto no me hace desde hace ni sé), me produce mucha felicidad, por lo que representa y porque está buenísimo. Para muchos será el Jamón Joselito, para otros el chocolate…y es que nuestros platos o alimentos favoritos es lo que más contentos nos pone.
Aprender cosas nuevas, sentirnos realizados, hacer las cosas que más nos gustan, quedar con la gente que queremos, descansar. El dinero no nos da la felicidad, ir de compras no nos da la felicidad, estar todo el día en la cama no nos da la felicidad, no trabajar tampoco nos hace las personas más felices del mundo, no nos engañemos. Habrá cosas que ayuden a esa felicidad, pero las cosas más superficiales y quizás las cosas materiales son las que menos felicidad nos aportan, así que déjate de comparar con el vecino, que seguro que no tienes nada que envidiarle.
Nos ha quedado claro que el dinero no da la felicidad. A ver, ayuda mucho, pero realmente la felicidad lo dan otros factores más químicos y quizás menos materiales. El tener salud, el cariño, son básicos que nos dan felicidad, pero todo ello está compuesto por una serie de componentes que son los que realmente nos aportan felicidad:
Dopamina. a esta hormona también se le conoce con el apodo de la hormona del bienestar. Se relaciona mucho con las sensaciones placenteras en nuestro día a día, al igual que con el aprendizaje. Parece una bobada pero aprender cosas (aunque al principio nos cuesten), nos produce felicidad.
También está muy ligada con la memoria, alguna de las funciones motoras…forma parte del sistema de recompensa del cerebro.
Serotonina. tenemos otra hormona pero en este caso encargada de nuestro estado de ánimo, es decir, que cuando estás de mala leche y después tan pichi, achácalo a esta hormona que regula ese estado de ánimo.
También regula otras cosas como son el apetito (en mi caso aquí no funciona muy bien porque siempre tengo) e incluso el sueño, otro de los factores importantísimos y que nos hace estar bien, el dormir.
Oxitocina: la hormona del amor. Es la más cariñosa de todas. Tiene mucho que ver entre madres e hijos a la hora del parto, la lactancia y esos vínculos que se crean en esas épocas.
Y no solo tiene que ver con el amor, sino también con la empatía, la confianza, las relaciones personales…lo que os decía antes de los abrazos o los besos, pues aquí es donde actúa la hormona del amor, la oxitocina. Y cuidado que tiene mucha relación con el sexo.
Endorfinas: es la hormona de la recompensa. Seguro que has escuchado muchas veces eso de “lo mejor es ir al gym y soltar endorfinas, ¡te vines arriba!”, pues esa es la hormona que se segrega tras una actividad física.
Nos produce sensación de bienestar y de euforia, de ahí que sea tan bueno el deporte en nuestro día a día. Y de ahí que también esté muy relacionada con la felicidad por eso su ausencia puede provocar depresión.
Lo mejor de todo es tener a los 4 fantásticos bien regulados y en su sitio. De nada sirve tener las endorfinas por las nubes si después no nos quiere nadie. Tiene que hacer una buena combinación de las 4 y evidentemente estar bien reguladas.
Por otro lado es importante saber que no podemos vivir en un estado permanente de felicidad, pero sí acercarnos al máximo a ella, y si no estamos felices tampoco pasa nada, no lo vamos a forzar, son épocas. Aunque yo te recomiendo que te des una vuelta por Joselito que se te curan todos los males.