La combinación dulce-salado es un éxito siempre que se sepa hacer bien y, en este caso, un donut casero junto con un poco de jamón Joselito, huevo frito y tomate seco es un manjar.
Nos tenemos que remontar nada más y nada menos a 1983 para recordar el primer día en el que se homenajeó a este dulce tan conocido en el mundo entero. Por supuesto, la celebración comenzó en Estados Unidos, cuna absoluta de este bollito redondo con agujero en su interior, y se hizo para agradecer a las mujeres que suministraban estos calóricos dulces a los soldados en el frente de batalla.
No es un día fijo sino que todos los años cambia situándose siempre en el primer viernes de cada mes.
Tal y como lo conocemos en la actualidad, se dice que el donut (dona, berlina, rosquilla) fue un invento de los holandeses que fueron después los que lo llevaron a Estados Unidos. Se trata de una pieza de bollería dulce, fermentada, que se fríe en aceite o, antiguamente, en manteca y luego se glasea bien con azúcar o con diferentes coberturas.
Lo curioso de todo es que su apariencia no es estética sino necesaria porque al freírlos, sin el agujero, muchas veces quedaban poco hechos en su interior y la masa no se hacía lo esponjosa que tenía que quedar. Así que se decidió quitar el centro y problema resuelto. Fue tan importante el descubrimiento de los americanos que hay hasta un monumento en Maine que le rinde culto.
Y en España, ¿se consumían donuts antaño? Pues no. Se consumían muchas frutas de sartén como los buñuelos y las rosquillas, pero éstos no comparten una masa parecida a la del donut, que es estilo brioche.
Dicho todo lo anterior, el mejor donut será siempre el que cada uno haga en su casa. Con ingredientes 100% naturales y sin aditivos, pero la tarea es un poco laboriosa así que, como un día es un día, siempre podemos optar por comprarlos en una buena panadería donde los fabriquen artesanalmente. Y, a partir de ahí, hacer magia sorprendiendo a todos en apenas un par de minutos.
Sólo necesitaremos para nuestra receta un poco de jamón Joselito recién cortado, en lonchas finas, o también de cualquier blister debidamente atemperado y abierto 30 minutos antes de su consumo, un huevo campero, abundante aceite de oliva para freír y unos tomates secos en aceite de oliva.
La combinación dulce-salado del donut con el jamón Joselito es prodigiosa y el añadido del huevo frito aporta tanto el crujiente de la puntilla del mismo con la cremosidad de la yema. Luego, el tomate seco le da un punto más de umami que hace que quieras repetir el bocado una vez detrás de otra. ¿Te animas? Si lo haces, no pararás, te avisamos.