El pan, tiernísimo, que da nombre a este bocadillo asiático recoge un tataki de solomillo Joselito con pepino y frambuesas perfecto para cualquier momento.
Probablemente, el éxito de estos panecillos asiáticos que tanto se encuentran ya por todas partes se lo debamos al famoso cocinero David Chang que, desde su restaurante Momofuku, los popularizó rellenos de panceta y con un toque de pepino. Desde que la gente peregrinase al restaurante neoyorkino para comer únicamente este sándwich, el pan se extendió por todas partes dando lugar a bocados rellenos de mil posibilidades como hoy en día se encuentran en restaurantes de todo el mundo.
Aunque su origen es Chino, es Taiwan la cuna de este bocadillo bajo el nombre de gua bao que se disfruta como comida callejera junto a otras delicias como el bubble tea, las bolas de taro o el pollo frito. Por supuesto, estos panecillos se pueden encontrar en muchos más países asiáticos, pero bajo otros nombres. Es curioso que allí, el uso de este pan, suele ir vinculado con un relleno determinado. En el pasado, en el norte de Taiwan se disfrutaba de este bocado durante el último día del año lunar.
Como hemos dicho, el pan hoy es fácil de encontrar puesto que se vende congelado en grandes superficies asiáticas y también de manera online pero se podría hacer de forma casera sin problema y sólo teniendo en cuenta que necesita una fermentación en el proceso; como casi cualquier tipo de pan. Se preparan con harina refinada, levadura de panadería, un poco de levadura química de bizcochos y leche y la peculiaridad que tienen es que se cocinan al vapor a una temperatura controlada para que queden absolutamente esponjosos y tiernos.
Con los panecillos ya preparados, sólo habrá que darles un toque de vapor final cuando tengamos todo el resto de los ingredientes listos. En este caso, el relleno será de un tataki de solomillo Joselito - que queda tremendamente tierno - que se acompaña con unas finas lascas de pepino, un poco de salsa teriyaki, mahonesa y unas frambuesas para terminar. El tataki se puede hacer con antelación y la carne podría dejarse marinando en la salsa durante una noche, con sal y pimienta, antes de ser sellada. O viceversa. Hay quien sella la carne a mucha temperatura en la sartén y después la sumerge en la marinada. Eso sí, el tataki muy frío nunca ha de ser comido así que la recomendación siempre es atemperar un par de horas la pieza de carne.
Por supuesto, estos panecillos nos servirían para ser rellenados de muchas recetas más como por ejemplo un solomillo frito estilo tonkatsu, acompañado por un poco de ensalada de col, un poco de secreto bien troceado con setas al brandy, o pluma macerada en miso rojo con calabaza y papada. En realidad, también quedarían fenomenal unas lonchas de Jamón Joselito acompañadas de un revuelto de huevo, pudiendo ser un desayuno ideal o unos trozos de longaniza fresca Joselito hechos en la barbacoa.