Desde la primavera hasta el Oktoberfest, la ensalada de patatas alemana es uno de los platos más populares del país. Su receta es muy sencilla y en ella no pueden faltar las patatas, un buen aliño y la panceta.
Con las temperaturas del verano y las barbacoas encendidas, la ensalada de patata se convierte en uno de los platos indispensables del verano normalmente como acompañamiento. Por supuesto, igual que pasa con nuestra ensaladilla, la receta de la ensalada de patata alemana cambia mucho en función de quién la prepare y en qué zona de Alemania esté pero lo que está claro es que se sirve fría, lleva algún encurtido y la panceta cobra un gran protagonismo en la mezcla final.
Tendremos que pensar en esta ensalada como una híbrido entre nuestra cremosa ensaladilla rusa y unas patatas aliñadas, algo por el estilo. Pues llevará un poco de mahonesa (no imprescindible en la ensalada alemana según muchas recetas) pero también un aliño en el que el vinagre es protagonista. Utilizar la panceta de Joselito abrirá un abanico de potencia gustativa enorme, con un toque crujiente muy característico de pasar esta pieza tan grasa por la sartén. Estos pequeños torreznitos de los Happy Pigs irían también fenomenal para terminar una carbonara o para preparar cualquier otro tipo de ensalada o plato de verduras.
Lo primero y más importante será cocer las patatas con su piel, aunque se suele hacer con patatas rojas también vale una buena patata nueva. El dejar la piel de la patata se hace para que el agua no penetre tanto en la carne de la misma y luego no altere su textura en el resultado final de la ensalada. Para darle alegría, hemos optado por unas piparras no picantes, en vinagre, con un toque dulce, y también la acción de la mostaza de Dijon en grano que no suele faltar en esta receta.
Esta ensalada de patata, cuando está más rica es recién hecha, aún templada y sin haber pasado por la nevera. Pero también nos servirá para dejarla hecha con antelación y consumirla al día siguiente si se desea. Un agregado que le suele ir de maravilla es una buena cantidad de perejil, generosa, mezclada con todo igual que el toque de la cebolla ligeramente cocinada en la propia grasa de la panceta. Algo que es muy importante es aliñar la patata cuando aún ésta siga caliente, pues absorberá mucho mejor cualquier condimento que se le preste.
Esta ensalada de patata podrá ser el complemento perfecto a un plato de presa curada con caponata, a unas brochetas de presa Joselito y pollo de corral hechas a la barbacoa al más puro estilo del souvlaki, a una pluma macerada en miso con calabaza, a un secreto con setas al brandy o a una presa frita con tumbet mallorquín. O quizás, lo mejor, a unas salchichas caseras elaborada con carnes frescas de Joselito. Habrá que investigar por esa línea…