Este año deberíamos celebrar el día del agua con más ganas que nunca. Hemos tenido un enero y un febrero de lo más primaveral por no decir un par de meses bien soleado. Si a eso le añadimos que no ha caído ni una gota en la mayoría del territorio nacional, tenemos como consecuencia, unos pantanos prácticamente vacíos y ríos que a estas alturas de la película han desaparecido. Quizás no ríos como tal, pero sí afluentes, riachuelos y evidentemente el caudal de la mayoría de los ríos de España se ha visto afectado, y eso, como es lógico, tiene sus consecuencias.
¿Cuáles son esas consecuencias? Pues el tema es que el campo está cada vez más seco y eso se ve afectado en la agricultura ya que al no regarlo, las plantas, los frutos, los alimentos, las verduras…no crecen y por lo tanto no hay cosecha. Y si no hay cosecha pues ya os podéis imaginar lo que puede pasar. No nos damos cuenta porque lo tenemos interiorizado y lo vemos normal. Abrir un grifo y que salga agua, pero es un bien tan tan preciado que lo deberíamos tener en cuenta más allá de cuando tenemos sed.
Parece ser que desde la semana pasada se ha puesto a llover un poco en la península. Un poco, porque esto no da ni para un “refrescao” del campo, pero menos da una piedra. A todo esto le tenemos que añadir el último fenómeno meteorológico que este año no viene con nombre de Filomena pero sí con un color anaranjado. La tormenta Sahariana. No sé si se llama tormenta, lluvia o vientos, pero lo que sí está claro es que las calles se han teñido de un color naranja que bien parece los decorados de Star Wars. El problema de esto, no solo es que la mascarilla nos ha salvado la vida porque es imposible respirar, sino que con lo poco que ha llovido se ha formado un cemento que ni me quiero imaginar para muchas personas lo que ha podido ser. Si es que está claro que no llueve a gusto de todos (nunca mejor dicho).
Pero volviendo al tema del agua, Las Naciones Unidas recalca la importancia del agua. El día mundial del agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido esencial. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2200 millones de personas viven sin acceso a agua potable. Eso es un tercio de la población.
Esta celebración (como siempre digo, “celebración” hasta que la desgracia se pueda convertir en celebración) tiene por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el famoso objetivo de desarrollo sostenible número 6, que es que “agua y saneamiento para todos antes de 2030”. Me imagino que este objetivo esté en la mayoría de las agendas de aquellos países llamados primer mundo.
El agua no es solo necesaria para hidratarnos, que quizás sea lo más importante sino que la usamos para multitud de cosas. Para cultivar nuestros alimentos, para regar plantas y árboles, para darles de beber a nuestros animales, para el aseo personal, para el ocio…creo que todo lleva agua, ese podría ser un buen resumen. Por ello debería estar en todas las casas y los hogares del planeta, debería ser un bien de primera necesidad, no debería desaparecer según en donde hayas nacido.
Haciendo visible lo invisible, ese es el lema para este año, y es que a pesar de que el 70% del planeta está compuesto por agua, solo el 2,5% es agua dulce. Sin embargo, de esta cantidad, tan solo el 0,007% está disponible para consumo humano. Yo cuando he leído esta cifra me he quedado de piedra literal. Esto se debe a que el 69% está congelada en los polos, el 30% está como agua subterránea en los acuíferos (la que no vemos, de ahí lo de visibilizar lo invisible y de ahí su lema) y por otro lado el 0,3% en los ríos y arroyos. Por esta razón, y bajo este lema, se pretende mostrar los graves estragos para el planeta que puede suponer no contar con este valioso recurso.
El agua subterránea se encuentra bajo la superficie terrestre, y se almacena en los acuíferos (son formaciones geológicas compuestas por una o más capas de rocas y arena capaces de albergar y conservar agua en su interior). Parece ser que según datos de la ONU, el 97% del agua dulce líquida se encuentra bajo nuestros pies en el interior de estas formaciones naturales, más fácil no lo podemos tener. El agua subterránea, además, da sustento al suministro de agua potable, el saneamiento, la agricultura, la industria y los ecosistemas. Para que veáis la importancia, y el poco caso que le hacemos.
Tiene distintos puntos a conseguir y sobre todo necesarios de lograr en todo los países del mundo antes del 2030:
1. Lograr el acceso universal y equitativo al agua potable para toda la población mundial, da igual donde sea;
2. Mejorar la calidad del agua reduciendo de esta manera la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos. Tenemos que reciclar más y tirar menos;
3. Aumentar el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez;
4. Proteger y restablecer los ecosistemas relacionadas con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos. Al fin y al cabo, cuidar nuestro planeta, porque por mucho que nos pensemos que es enorme, solo tenemos uno.
