Antes de nada, decir que el Jamón Joselito no tiene gluten. Que veo a los criticones y pijoteros que se ponen a decir que si "blablabla" y eso hay que dejarlo claro. NO TIENE GLUTEN. Tanto nuestros jamones (de cualquier añada), paletas y demás embutidos son 100% naturales, no tienen conservantes, colorantes, lactosa, y albricias ¡¡¡están libres y limpios de gluten!!! Hecha esta aclaración de primero de nutrición, pasemos a hablar del tema de hoy. Los celiacos. Esos grandes olvidados en el pasado, y hoy los grandes presentes en el momento que vivimos. Y quizás desde hoy no, sino desde hace unos años.
Como este es mi espacio, donde Joselito me permite hablar de mi libro, pues hoy voy a venir a hablar de mi libro. Os voy a contar una historia bastante bonita de hace años. Nos remontamos concretamente al año 2014. Por aquella época, aquí un servidor acababa de volver de vivir en Londres un año donde estuve trabajando como nutricionista y reforzando mi inglés. Por aquella época también, tenía un blog de gastronomía y nutrición "Comiendo Se Entiende La Gente", así se llamaba mi blog donde escribía artículos de restaurantes donde iba un chaval de veintitantos años.
El caso es que en uno de esos artículos me dio por ir a un sitio muy novedoso, Celicioso, que acababa de abrir sus puertas hacía escasamente 15 días y tenía todos los ingredientes para ser un sitio diferente y muy puntero en su sector de gluten free. A día de hoy que decir de Celicioso, creo que la historia está más que contada y solo hace falta pasearse por alguno de sus locales.
Se ha convertido en referente a nivel internacional y Santi (su dueño y fundador, y también porqué no decirlo, celiaco) es un crack en el sector, siempre que lo veo se lo recuerdo, porque es muy guay ver la trayectoria de una persona, que hayas sido partícipe de algo así es muy gratificante y de lo que me siento muy orgulloso, así que bravo por él.
Y volviendo al tema “celiacos”, hoy 27 de mayo, celebramos el día del celiaco aquí en España. Esta fecha tiene sentido para visibilizar esta enfermedad cada día más común entre nosotros, y por gracia cada vez más avanzada en las soluciones. Nada tiene que ver las opciones que hace 10 años teníamos, con las que se tiene en el 2022. Los mercados y los supermercados se han adaptado a las necesidades (y no precisamente nuevas) de esas personas que siempre reclamaron unos productos y unos alimentos sin gluten debido a su enfermedad. Todo esto es gracias al ruido y a la visibilidad que se le ha dado, y evidentemente mucho tiene que ver días como hoy en el calendario.
La historia ha cambiado mucho y eso se lo puedes preguntar a cualquier celiaco. Ir al supermercado o a un restaurante ya no es un problema. De hecho a surgido una nueva variante de dietas sin gluten, que como nutricionista he de decir que es otra problemática que se nos viene encima porque se tiende a demonizar el gluten como si fuese algo malo. Que haya gente alérgica o intolerante a esa sustancia no significa que a nosotros nos vaya a sentar mal y tengamos que eliminarlo de la dieta de manera radial.
Para esto es muy importante la educación nutricional. Tú puedes ser alérgico al gluten, tú puedes ser alérgico a la lactosa, pero eso no los hace malos para nuestro día a día. Es como el que no le gusta el brócoli o al que las alubias le dan gases, eso no los hace peores, simplemente que cada cuerpo y cada persona es un mundo, como he dicho en multitud de ocasiones.
Desde FACE (Federación de Asociaciones de Celiaco de España) tienen como objetivo aunar el esfuerzo y coordinar el trabajo de todas esas federaciones y asociaciones de celiacos. Con el fin principal de dar solución a muchas problemáticas que se le presentan a personas celiacas en su día a día. Para ello, estos serían los puntos a tener en cuenta:
1. Apoyar y asesorar: es muy importante pensar primeramente en las personas. En esas personas celiacas y en sus familiares desde el momento del diagnóstico de la enfermedad hasta el resto de su vida.
2. Enseñar: quizás se debería enseñar en las escuelas, al igual que se debería hablar en las aulas de nutrición, pero lo que sí está claro que hay que enseñar a las personas celiacas y a sus familias a realizar una dieta sin gluten que sea segura, aprendiendo a identificar los productos que sí o no pueden consumir.
3. Mejorar: aquí hablamos de la seguridad alimentaria en el colectivo del celiaco tanto en casa, como fuera de casa. Y no solo en la restauración en bares y restaurantes, sino también en la industria alimentaria. He de decir que esto es lo que más ha avanzado en los últimos años con amplia gama de productos.
4. Informar y concienciar: No solo a los celiacos sino a la población en general y a las administraciones competentes en todas las medidas y mecanismos posibles para contribuir a la integración y normalización social de esas personas celiacas.
5. Fomentar: la investigación es lo más importante en cualquier enfermedad por lo que es muy importante fomentar esa vía que al fin y al cabo es el puente entre el colectivo de personas celiacas y la comunidad científica.
6. Motivar: es muy importante para seguir dando soluciones que se realicen estudios poblacionales sobre esta enfermedad.
Con estos objetivos, las personas celiacas estarán más apoyadas y reforzadas en su día a día. Algo que ya es muy visible y común, y que facilita mucho la vida de las personas que no pueden comer gluten.