Un buen pan, jamón Joselito recién cortado, aceite de oliva virgen extra y el toque maestro serán tus mejores aliados para este tentempié perfecto para cualquier momento
Siempre, siempre, es esa alternativa que tenemos a mano y que nos regala un momento perfecto de relax alrededor de dos de los ingredientes más populares en la gastronomía de España: el pan y el jamón. Aunque dicho así parezca fácil, la realidad es que hay un abismo entre un bocadillo de jamón mediocre y el bocadillo de jamón perfecto, ese que te comes y te inunda la boca de sabor, cruje, la grasa envuelve tu paladar y todas las notas de umami se quedan clavadas en tu memoria. No, para hacer un bocadillo de jamón perfecto no vale cualquier cosa.
Por supuesto, lo primero por lo que hay que pasar es por contar con ingredientes de la máxima calidad. Para ello habrá que seleccionar cuidadosamente el pan, que no debe tener demasiada miga ni muy prieta ni tampoco una corteza excesivamente dura pero sí crujiente, y luego disponer del mejor jamón del mundo a temperatura adecuada y recién cortado para que sus notas de cata estén en óptimas condiciones.
Como alternativa, siempre se puede optar por jamón cortado y envasado en blisters siguiendo las pautas de máxima calidad de envasado de Joselito con plásticos impermeables no nocivos para la salud y que no dejan trazas de sabor.
La preparación conllevará pocos minutos pero sí máxima precisión. Hay a quienes les gusta añadir tomate rallado pero, en ciertas ocasiones, nos podría dar una acidez demasiado marcada que no nos gustaría dentro de nuestro bocata.
La versión que proponemos hoy es, sin duda, la más purista de todas pero la realidad es que el bocadillo de jamón nos abre un abanico de posibilidades tremendo. Podríamos hacer un sándwich con pan de molde - mejor si es con un punto hojaldrado - o también podríamos cortar el jamón en virutas o en taquitos pequeños, emulsionarlo con un poco de su propia grasa y acompañarlo con una confitura de higos o de ciruela; un contrapunto realmente suculento.
Pero para este básico en concreto, el pan será tipo cristal, en formato mollete, con una miga muy alveolada y nada densa y una corteza finísima y crujiente una vez que se tueste. Es importante que el pan coja algo de calor y color pero que no llegue a amargar en ningún momento. A evitar los panes de masa madre con acidez elevada, pues esta característica también hará que el jamón pierda protagonismo.
Un buen chorro de aceite virgen extra variedad arbequina, con puntos atomatados, en su interior y la emulsión de yema de huevo previamente congelada serán los únicos acompañantes del jamón Joselito. Lo ideal, unas lonchas recién cortadas directamente de la zona de la maza con parte de su grasa incorporada, por supuesto. Unos 50 gramos de jamón, una cucharada de aceite de oliva y una yema de huevo serán los mejores aliados para tu bocadillo de jamón Joselito perfecto. ¡Prueba, y verás!