Aunque nuestra chuleta afinada no necesita nada más, esta salsa al whisky le da un punto fabuloso de contraste con el sabor de la carne. ¡Prueba y repetirás!
Hay pocos productos tan especiales como la chuleta de cerdo Joselito. Con ella se abre una nueva puerta al cerdo y, debidamente afinada y madurada, nos llega a la mesa repleta de sabor y ternura con una grasa absolutamente superlativa. Además del corte, esta chuleta Supernatural se convierte en especial porque se afina en el mismo secadero donde lo hacen los jamones y esto le confiere, indudablemente, un sabor tremendamente especial. Hablamos de una chuleta que tiene una alta proporción de grasa que se puede comer y disfrutar sobradamente pues es liviana y se funde en la boca sin aportar digestiones pesadas, ¡es absolutamente gloriosa!
Cocinar la chuleta de cerdo Joselito a la perfección sólo tiene el misterio de entender el producto al que nos enfrentamos. Sin duda alguna, la chuleta no necesita ninguna salsa ni ningún acompañamiento, brilla por sí sola, pero en esta ocasión le hemos preparado una salsa al whisky que podría funcionar perfectamente también con el resto de los cortes de carne fresca Joselito. Sólo tendréis que tener en casa una buena plancha, mejor si es de hierro, o idealmente una parrilla que nos aporte ese toque tostado en su interior dejando que la pieza se caliente pero que permanezca poco hecha por dentro. Es importante que se caliente bien para que la capa de grasa que la rodea se funda ligeramente y resulte agradable a la hora de comer. Por ello, la recomendación fundamental para la chuleta Joselito es que se saque de la nevera con al menos dos horas de antelación y también se retire del envase y la envoltura en los que viene, así se aireará para coger su sabor natural. No hace falta nada de aceite, porque su propia grasa es más que suficiente, y sí un poco de sal para terminar por cada lado. Lo mejor será no menear en exceso la pieza: que se haga por un lado bien y luego de nuevo por el otro. Y ya está.
Así que lo óptimo es dejar preparada la salsa al whisky con antelación, tenerla caliente o atemperada y que justo cuando la chuleta salga de la fuente de calor nos sentemos a la mesa para disfrutar del festín. Al lado siempre podrá figurar la clásica ensalada de lechuga y cebolleta, aliñada con bien de vinagre como hace Bittor Arguinzoniz en Etxebarri, o siempre podremos condimentarla como vimos en el artículo de la Chuleta Supernatural con ensalada líquida, que es una forma muy resultona. Si habéis sido de los pocos que habéis logrado haceros con una pieza - está muy cotizada, sentimos profundamente que muchos os hayáis quedado sin ella - apuntad esta nueva salsa para tener a su vera y disfrutad con un buen currusco de pan. Sólo hago un apunte: un bocadillo de la grasa de la Chuleta Joselito con buen pan y un poco de la salsa al whisky es una verdadera maravilla.