Yo no sé si seréis de Papá Noel o de los Reyes Magos. Hombre, por tradición y sabiendo donde vivimos, me imagino que seréis de los Reyes Magos, aunque con tanto Halloween, Thanksgiving Day, Black Friday, y demás mandangas, habremos hecho de todo.
Ya lo dije hace unos meses, a los españoles nos encanta un sarao, un festejo, una celebración y lo que más nos gusta del mundo mundial es un puente, así que no me extraña que nos sumemos al carro de lo que sea.
Creo que de pequeños todos somos de todo. De Papá Noel, Mamá Noel si existe, de los Reyes Magos, del amigo invisible de tus padres y de lo que haga falta. ¿Por qué?
Principalmente por la ilusión más que por los regalos. Bueno, cuando eres pequeño te importan los regalos y no cualquiera, sino juguetes, creo que no existe otra opción. Seguro que muchos recordaréis de pequeños los regalos en casa propia y en la de tíos, primos, abuelos y demás familia…ahí es donde tus padres metían mano y le decían a sus Majestades los Reyes, que ya te iban a traer muchos juguetes, que mejor algo de ropa, algo para el colegio…algún libro, ¡un libro!, quién necesita con 6 años un libro.
Pues gracias a dios que nos trajeron libros, muchos libros porque a día de hoy es lo que más guardo con cariño. Esos libros que te explicaban una forma de ver el mundo muy particular. Esos libros coloridos donde sin darte cuenta te formaban como persona.
Esos libros que te enseñaban un mundo que cuando hemos crecido, hemos ido descubriendo y viviendo. Esos libros infantiles son auténticas joyas de valor incalculable.
Pero no solo libros, los juguetes (en aquella época) eran también de lo mejor, y creo que a día de hoy los atesoro con mucho cariño, por lo menos los que han quedado vivos. Me encantaba jugar con los Playmobil. Seguro que a más de uno le ha entrado un escalofrío por la espalda al leer esa palabra. Para muchos será su juguete favorito.
Para mi es un juguete con el que podría jugar ahora. Bueno, y es que lo he hecho con mis sobrinos, porque a pesar de que han pasado 30 años, ellos siguen jugando con Playmobils. Lo mejor de todo es cuando les enseñas los tuyos que guardas como oro en paño en una caja en el trastero.
Patines, bicicletas, coches, muñecas…muchos son los regalos que han traído los Reyes Magos. Muchas cartas hemos escrito durante toda nuestra infancia, y seguro que a más de uno, mucho carbón debajo del árbol, porque oye, ese era el toque de atención que te podían hacer sus Majestades de Oriente cuando tu comportamiento en casa o en el cole no era del todo bueno.
A mi jamás me trajeron carbón porque era un niño muy bueno…no tenía maldad. Aunque os voy a ser sincero, un año lo pedí porque mis primos eran más rebeldes, no había año que no les trajesen y quería vivir de cerca esa experiencia de recibir carbón.
El caso es que ya he crecido, y el carbón nos lo da la vida, no nos vamos a engañar. Pero oye, que también seguro que recibimos muchos regalos por lo buenas personas que somos. Y la ilusión que hace recibir un regalo. Mira, creo que lo más importante de todo esto no es el regalo, sino la ilusión en sí.
Esa ilusión que los niños, pase lo que pase, nunca pierden y mantienen año tras año, hasta que llega un día que se hacen mayores y se pierde. No perdamos nunca la ilusión, hay que tenerla siempre y una mirada de niño para todo lo que hagamos en la vida, eso es lo más guay.
Aquí hay libertad absoluta, cada uno pide lo que le da la gana. Pero voy a contar mi caso de pequeño, que creo que he contado alguna vez. A mi siempre me gustó el embutido, claro, lo comía como una lima y comía mucho.
Mi madre lo compraba de manera normal y me lo dosificaba, pero a mi lo que me gustaba era ver la pieza entera. ¿A qué me refiero? A una caña de lomo, que es mi embutido favorito.
El caso, que todas las navidades pedía una caña de lomo de un metro y sí, me lo traían los Reyes Magos, así que no puedo empezar de una mejor manera la carta. Ya sea para tí o para alguien especial, en esta carta a los reyes magos encontrarás regalos ideales para cualquier persona a la que le guste comer bien y sano.
Como os decía, este era el regalo más repetido año tras año en casa de mi tía Juli o en casa de mis padres. Era mi perdición, tener un lomo gigante solo para mi, me encantaba y me duraba literalmente 15 días. Mi madre decía que me lo comía como una golosina, que no lo dosificaba…¡no le faltaba razón!. Aquí puedes encontrar el mejor lomo Joselito.
Aceite de oliva virgen extra
Es un regalo que se ha puesto muy de moda en los últimos años. Y hablo de un buen AOVE. Con su buen envase de botella, con su diseño y con su buen sabor (y color) porque ahora tenemos muchos tipos.
Las empresas chocolateras cada vez se han puesto más manos a la obra y no solo en el producto y en los ingredientes, sino también en el packaging, lo que viene siendo el envoltorio.
Este tipo de regalo hace mucha ilusión por la variedad principalmente. Si eres una persona aficionada a la fruta y la verdura, que te sorprendan con una caja de mandarinas, frutos rojos, unas buenas habas, repollos, coles de Bruselas, e incluso una buena calabaza, es de lo mejor.
Como dice mi padre “una pijada maravillosa”, y es que unas buenas anchoas, unos buenos mejillones, o algo sorprendente, es un regalo que te puede alegrar una cena. Cualquier persona que disfrute comiendo sabrá apreciar una buena lata de conservas.
Desde el de 1080 recetas, hasta algo más vanguardista, y si ya te quieres lucir, regala un curso de cocina para que te inviten luego a probar lo aprendido…si es que no doy puntada sin hilo.
Regales lo que regales, o lo que te regalen, lo que no tienes que perder por encima de todo es la ilusión, así que felices Reyes Magos, que espero que hayas sido bueno y que te traigan muchas cosas…y si no, piensa que hoy en día el carbón se puede comer.
