Aprende cómo gestionar mejor el tiempo y la dieta con el batch cooking y las mejores recetas Joselito. ¡Hay que aprovechar los últimos momentos de la extraordinaria época que es la montanera!
España siempre ha sido un país en el que, al contrario de lo que ocurre en otros muchos del mundo (Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Japón…) le ha gustado alimentarse en amor y compañía. Bien en casa, o bien en restaurantes; el buen comer siempre ha ido acompañado de un acto social que conlleva sobremesa, risas y buenas conversaciones.
Eso de comer trajeado y de pie frente a un puesto de perritos calientes o en un apabullante y diminuto puesto de fideos, no son costumbres que se estilan en la Península. No obstante, desde hace un años, la situación ha ido cambiando. Unos lo achacan al ritmo frenético de vida, bien laboral o social, que muchas veces obvia “el descanso del bocadillo; otros creen que eso de comer a las 14h y cenar a las 21h en familia “son costumbres viejunas que ya no se estilan”; y los hay quien, literalmente, depuran culpas y se la echan a la creciente expansión de los deliverys de comida. “Son tentaciones que nos ponen en la punta de la lengua”, defienden mientras se comen una hamburguesa.
Es cierto que el negocio paralelo de la comida a domicilio se ha convertido en un auténtico boom que tan rápido nos facilita una cena rápida y pijamosa en la que no tenemos muchas ganas de cocinar, como nos soluciona la cita romántica con nuestra pareja soñada. ¡Hasta los supermercados nos traen la compra! Lo cierto es que muy seguramente, conmovidos por la cantidad de comida basura que llegaba a nuestras casas, se propició un aumento de la demanda de comida a domicilio más saludable o, por lo menos, más natural.
Sin embargo, no hay restaurante de comida para llevar en el mundo que pueda alimentarnos, de igual o mejor forma, como lo haríamos en casa. Bueno sí, uno solo: el restaurante de los tuppers de nuestras madres.
Por ello, y porque Joselito apuesta por una cada vez más concienciación por una comida saludable y natural (no por nada todas las carnes o chacinas Joselito están libres de aditivos y conservantes), vamos a aprender la forma secreta de compaginar un ritmo acelerado semanal con una alimentación casera y natural. No sólo ganaremos en salud, sino que también, mejorará nuestro bolsillo. Ya se ha dicho otras veces; con nuestro mejor aliado Joselito, comer sano y disfrutar, no está reñido.
¿Cómo lograr este propósito? Batch cooking. Un anglicismo que significa “los tuppers que te daba tu abuela el domingo para alimentarte el resto de la semana”. Eso es; cocinar un día y comer el resto de la semana.
De esta forma, hacemos las paces con la cocina, enredamos un poco más en ella y nos alejamos de los ultraprocesados y platos preparados que, desgraciadamente, con cada vez más frecuencia, aumentan su oferta en los grandes supermercados. La clave de esta tendencia es una buena planificación semanal (a lo que puede ayudarnos, por ejemplo, un excell con menú semanal como cuando íbamos al colegio) que permita organizarnos mejor el tiempo (ir a hacer la compra semanal sólo una vez) y mejorar nuestra dieta (tanto en calidad como en cantidad).
Junto a todo ello, el batch cooking requiere invertir ingredientes de unas recetas en otras (Ejemplo: día 1- secreto Joselito con setas; día 2 - tortilla con setas y papada), lo que no sólo nos facilita el trabajo, sino que también nos sirve para aprovechar los restos de verduras blandurrias que se nos olvidan en el fondo de la nevera. El horno, la olla y los salteados rápidos son los mejores aliados; además de cualquier alimento que descongele y quede intacto (Intactos Joselito). Incluso, en la mayoría de ocasiones, no es necesario congelar; ya que, como es bien sabido, los guisos cuanto más tiempo prudencial pase, más ricos están. Una cataplana Joselito con taquitos de jamón o cualesquiera de los estofados Joselito aguantan muy bien en la nevera o, si se hace de más, en el congelador.
Hornos, buenas congelaciones y guisotes son las claves del éxito. Pero el batch cooking no se trata sólo de conservar platos cocinados, sino que también sirve para gestionar mucho mejor todas las preparaciones previas.
Elaborar un caldo con los mejores huesos de jamón del mundo puede hacerse por litros y congelar en hieleras para tener disponibles pequeños pedacitos de cielo en cada receta; o tener hecho un sofrito (congelado o sumergido en un charco de aceite) que nos sirva para todas las elaboraciones.
Lo de cocinar y guardar es un mundo que nos abre infinitas posibilidades y que, al fin y al cabo, se ha hecho toda la vida. Antiguamente, cuando lo máximo que había era una fresquera que sólo funcionaba en estaciones invernales, los productos de la matanza o la caza debían cocinarse y, por lo general, conservarse en manteca de cerdo o aceite de jamón. Hoy no es necesario, pero, de igual forma que antes se cocinaba en vistas al futuro, ahora también.
Te presentamos tres ejemplos de cocina de aprovechamiento utilizando los productos de Joselito. Descubrirás cómo combinar diferentes tipos de preparaciones en distintos platos gracias al batch cooking
Aprovechar las excelsas costillas de los Happy Pig nos sirve para, por ejemplo, cocer en agua un costillar, después lacarlo y hacer unos tacos. Esa misma carne la podemos utilizar, al día siguiente, para acompañar un arroz blanco. Y ese caldo que ha sobrado, con unas verduras abandonadas de la nevera y unos fideos, nos soluciona una cena.
Lejos de lo que la gente piensa, pocas cosas hay más fáciles de hacer que un cocido. Se mete todo en una olla y a correr; pero, eso sí, todo el mundo conoce las virtudes de aprovechamiento que tiene un buen cocido, ya que además de solucionar la comida de un día, nos arregla la cena de otro a base de croquetas (se pueden hacer por toneladas y congelarse sin problema.
Además, pueden pasar por la freidora directamente desde el congelador) y el almuerzo del siguiente por medio de una estupenda ropavieja con huevo cocido 6’ (estamos hablando de que, ni siquiera, tenemos tiempo de freír un huevo).
Bonus: la bechamel de esas mismas croquetas la podemos utilizar para una pasta con espinacas que, a su vez, se puede usar para una ensalada (tanto la pasta como las espinacas). Todo ello, da igual que, coronado con jamón Joselito se elevará a la luna. Joselito nos soluciona la vida, las comidas y todo lo que se ponga por delante.
Si se paran a pensar ustedes, las posibilidades que nos da el jamón, salazón más popular son infinitas (bocadillos, caldos, aperitivos, envoltinis, etc); pues, bien, al igual que ello, podemos hacer salazones caseros ideales para aderezar ensaladas, rematar platos o consumir tal cual. Presa curada con caponata o pluma curada con tartar de tomate, son ejemplos de preparaciones que se conservan bien y nos sacan de un gran apuro. Un trozo de carne fresca curada se presta a ser devorada cada vez que se abre la nevera.
Todos ellos son ejemplos de lo útil que es cocinar la tarde del domingo y no volver a dar palo al agua el resto de la semana. Sin embargo, como diría David de Jorge, ¡a cocinar que el mundo se va acabar!
