¿Caramelo de panceta? Sí, es real y queda de maravilla con un postre tan clásico como el arroz con leche. Este es tremendamente cremoso, al estilo asturiano.
Especialmente típico en Asturias, el arroz con leche es uno de los postres más populares de España. Es, sin duda, uno de los postres que nos llevan a nuestra abuelas y a los recuerdos infantiles y también obligatorio en cualquier menú del día que se precie. Es su aparente sencillez en la que, precisamente, radica toda su majestuosidad. Arroz, leche y azúcar son la base de una preparación en la que luego pueden aparecer el limón, la naranja, la canela, la vainilla, el anís… ¡depende de cada guisandera!
La primera receta de arroz con leche que se encuentra en algún libro tiene ya más de 400 años, pensando incluso que podría haber alguna anterior (aunque siempre es justo comprender que el arroz llegó con los árabes a la península), y hace referencia a un plato de vigilia. Es curioso porque antaño se elaboraba el arroz tal y como se verá en la receta de hoy, cociéndolo con un poco de agua, y no sólo con leche. Por aquel entonces sólo se incorporaba azúcar a la cocción y un final toque de canela.
Algo que resulta también llamativo es que hace unos años era muy normal ver el arroz con leche en vigilia pero con bebidas o leches de frutos secos ya que la iglesia prohibía la ingesta de lácteos y huevos también en la época. Por lo que no es ni tan innovador ni tan moderno eso de sustituir la leche de vaca en recetas así.
En realidad, en España hay dos tipos de arroz con leche: el caldoso y el cremoso. Y el cremoso, a su vez, se divide entre los caramelizados y los que llevan canela para rematar. Es un postre que ha viajado, que se disfruta en latinoamérica y que también tiene su similar en países orientales, elaborado con leche de coco y arroz glutinoso. Dentro de él se pueden añadir tropezones y la leche se puede infusionar en lo que cada uno considere, pero lo que es rotundo es que un poco templado es siempre más disfrutable.
En esta ocasión, el arroz con leche se convierte en un auténtico manjar con la mejor receta posible. Una receta con resultado cremoso, dulce, con un toque a mantequilla y un leve gusto a canela y corteza de cítricos. Por encima se termina con una caramelización perfecta para los que no tienen soplete ni quemador, un auténtico caramelo de panceta Joselito. La grasa curada con especias queda de fábula con el azúcar tostado, cocinado a fuego suave con unas gotas de limón. Se extiende sobre un papel de hornear y se deja enfriar, troceándolo posteriormente sobre el arroz con leche para quedar trocitos de caramelo crujientes por encima. ¡Una auténtica delicia! Sí, igual que con la tarta de naranja y chorizo y los plátanos con miso y panceta, este es el ejemplo de que Joselito, 100% natural, puede funcionar de maravilla también a la hora del postre.
- Para el caramelo: