Hoy volvemos a ponernos la bata de científicos y volvemos a hablar de ciencia. Ya sabéis que aquí hay un poco de todo, tanto la parte más entretenida y disfrutona que es cuando hablamos de gastronomía, los productos más ricos y apetecibles del mercado (¿a quién no le gusta hablar del jamón?), como la parte de los tips y las ideas de nutrición que os encanta porque ordenamos la alimentación, nuestro día a día y desmentimos falsos mitos sobre el comer, y después está la tercera parte, la científica, la más seria pero no por ello menos importante.
Hemos hablado del colesterol, de la serotonina y de multitud de puntos científicos que considero interesantes para luego hablar de nutrición, alimentación y gastronomía. Pues bien, hoy hablaremos de la anemia, ese problema que muchas personas tienen y que suele ser frecuente en mujeres, ¿por qué?, lo iremos desvelando a lo largo de estas líneas.
Tampoco me quiero enrollar mucho con las definiciones, los tipos y demás porque sino no nos quedamos con la idea principal. Como siempre digo, prefiero explicarlo de manera sencilla y que se entienda bien un par de conceptos, que soltar todo el chaparrón y que no nos quedemos con nada. Esto no es Harvard, ni yo soy Fernando Simón. Al grano que me enrollo como las persianas.
La anemia es una afección por la cual el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos. Los glóbulos rojos le suministran el oxígeno a los tejidos corporales. La anemia puede hacer que te sientas más cansado y débil.
Existen muchas formas de anemia, cada una con su propia causa. La anemia puede ser temporal o prolongada y puede oscilar entre leve y grave.
Hay multitud de tipos de anemia, y además lo que es mayor es el tipo de casos o las situaciones de cada paciente. No es lo mismo una anemia en mujer embarazada, que en un hombre deportista que en un anciano.
Por ejemplo, la anemia por deficiencia en vitamina B12 o anemia perniciosa (ya sabemos que esta vitamina, se obtiene en dietas de origen animal exclusivamente), anemia por deficiencia de folato (ácido fólico), deficiencia de hierro (aquí nos solemos encontrar sin energía, cansados y más débiles), anemia megaloblástica (deficiencia de vitaminas en su mayoría las liposolubles) y demás anemias.
Por ejemplo, muchas mujeres debido a la menstruación suelen sufrir anemia y para ello es fundamental llevar una buena dieta pautada y una alimentación bien organizada. No solo los días del periodo sino durante su día a día.
Esto al fin y al cabo es lo que nos interesa. Para la anemia existen tratamientos que abarcan desde la toma de suplementos hasta someterse a procedimientos médicos (en casos más extremos evidentemente).
Aún así el tratamiento que más me gusta a mi como nutricionista es el que se puede prevenir con el consumo de una buena dieta saludable y variada, aunque evidentemente esto no vale para todos los casos, sólo en algunos.
Después de las críticas por parte del ministro Garzón hacia la carne y la respuesta del presidente Sanchez con el tema de que un chuletón es imbatible, he de decir, que me quedo con lo segundo, la carne es imbatible y sino os invito a que os deis una vuelta por Joselito en Velázquez y disfrutéis visualmente de esos jamones expuestos, creedme que sí, ¡eso es imbatible!
El caso, veamos qué alimentos nos pueden ayudar ante una anemia y qué tipo de dieta debemos llevar a cabo. Importante que sea variada y equilibrada, eso como siempre.
La lenteja es la reina por excelencia. Quizás sea de todas las legumbres la que más hierro contenga. Por ejemplo, para una buena absorción de ese hierro, es interesante consumirlas y posteriormente tomar una naranja, la vitamina C ayuda a la absorción del hierro.
Por ejemplo las espinacas son las más conocidas en cuanto a hierro. Quien no se acuerdo de Popeye tomando un bote entero de espinacas. No te voy a asegurar que te salga el mismo bíceps pero sí el aporte de hierro. No tanto como las legumbres pero esta verdura, junto con las acelgas, nos dan ese chute que tan importante es en la dieta.
Sobre todo los de concha como los berberechos, mejillones o almejas. Estos alimentos que se comen como pipas son ricos en hierro por lo que no los dejes de lado. Eso sí, consúmelos con moderación por tu economía familiar.
Si nos ponemos exquisitos, por cada 100 gramos de pistachos, obtenemos 7 miligramos de hierro que no está nada mal. Así que ya sabes la merienda que te tienes que llevar a la playa, un buen puñadito de pistachos.
Eso que tanto nos querían dar las madres de pequeños. Si te da mucho repelús, siempre lo podremos sustituir por un buen bistec de ternera a la plancha con sus ajitos.
Yo lo llamo la carne de los veganos. El hierro que aporta la quinoa es de lo más interesante así que no te olvides incluirla este verano en las ensaladas. No será el ingrediente más apetecible, pero sí el que te va a ir muy bien para tu salud.