Hoy en día nos preocupamos más por las propiedades de los alimentos y la calidad de sus nutrientes que por las calorías que nos aportan. En este aspecto Joselito es puntero, ya que la calidad tanto de los ingredientes de sus productos como de los nutrientes es muy elevada, excelente. Hablamos de las grasas que contiene el jamón, sus proteínas… no nos preocupa tanto el aporte energético que nos da el alimento, sino la calidad de eso que nos aporta, y por ahí es por donde deberían ir los tiros.
Puede que un plátano y medio donut tengan las mismas calorías (aproximadamente), pero no es lo mismo el aporte de esos nutrientes, es decir, centrarnos en las calorías es como ver sólo la punta del iceberg.
Solucionada esta cuestión, la siguiente que nos viene a la cabeza es la cantidad y calidad de esos nutrientes cuando no están en su “forma habitual”. Por ejemplo, las espinacas las consumimos crudas que es su forma habitual, pero ¿tienen las mismas propiedades o nutrientes si las compramos congeladas? ¿Se conservan los nutrientes? ¿Perdemos nutrientes y propiedades?
Es importante aclarar si la forma o el tratamiento del producto modifica esas propiedades. Esto es algo que me preguntan muy a menudo en consulta, si consumir unas verduras congeladas aporta la misma cantidad y calidad de nutrientes que consumirlas frescas.
En este artículo vamos a ir más allá, porque vamos a valorar una de las técnicas más avanzadas para la congelación de alimentos: el Nitrógeno Líquido.
La extremadamente baja temperatura hace que el nitrógeno líquido congele el alimento en apenas unos minutos gracias a un sistema de criogenización. La rapidez en la congelación (pasamos de horas en una congelación normal a apenas unos cuantos minutos) provoca la formación de una cantidad muy superior de cristales de hielo, de un tamaño infinitamente más pequeño.
Todo esto ayuda a garantizar que se prolongue durante más tiempo la humedad y la calidad de los productos, por lo que sus propiedades nutricionales apenas cambian.
Esta técnica permite conservar al máximo la estructura física del alimento en sí. Con ella también evitamos el desarrollo de microorganismos, actividades enzimáticas tan desfavorables en ciertos productos o, directamente, la pérdida nutritiva o de propiedades.
Así, la calidad nutricional se mantiene prácticamente intacta y otra característica muy importante es que conservamos las características sensoriales de los alimentos, las propiedades organolépticas, sus sabor, aroma y textura.
Gracias a la congelación por nitrógeno líquido, la Carne de Temporada Joselito está disponible ahora para disfrutarla en cualquier momento del año, con todas las garantías de calidad. Pero, ¿cómo afecta exactamente este proceso a la carne?
Empezaremos por el final, y es que el objetivo último de esta técnica es incrementar la vida útil de los productos cárnicos. Y ante todo, hacerlo sin modificar sus propiedades nutritivas y organolépticas. Para ello, se precisa una técnica que permita asegurar que la calidad del producto descongelado sea equiparable a la del fresco.
La congelación tradicional no cuida de igual manera al producto, ya que puede provocar la rotura en los tejidos del alimento debido a la formación de cristales de mayor tamaño y que surge en el momento de la descongelación.
La ultracongelación o criogenización es la técnica idónea para obtener estos resultados. Es la que se utiliza en aquellas piezas que van destinadas a la restauración y la exportación. Como ya hemos explicado, la congelación más rápida y extrema provoca cristales de hielo más abundantes y más pequeños, lo que supone una mejor congelación facilitando que no se rompa la proteína al congelar y descongelar. Además, no suelta agua al descongelarse, lo que da como resultado que el sabor se conserve mejor y que la textura y todas sus propiedades nutricionales estén a la altura de lo esperado.
¡Bienvenidos a disfrutar de la Carne de Temporada Joselito en cualquier momento del año!
Bibliografía:
www.agrodigital.com
www.salamancartvaldia.es
www.abc.es
https://www.joselito.com/
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