Cada vez somos más conscientes de lo importante que es cuidar nuestro cuerpo. Esta maquinaria la entrenamos prácticamente a diario: desde nuestros huesos y órganos -con una buena alimentación- hasta los músculos -con buenas posturas diarias- y las articulaciones, llevando una vida activa con actividades o deporte… Está claro que cuidamos todo lo que vemos y todo lo que está en nuestra mano, pero ¿qué pasa con eso que no vemos, como las neuronas?
Es cierto que el cerebro, o las neuronas, también se “entrenan”, y es algo que deberíamos hacer a diario para mantener una memoria joven y que no aparezcan enfermedades que pueden acelerar el envejecimiento cerebral o la pérdida de memoria…¡vamos a darle gasolina a las neuronas!
Sí señores, las neuronas también hay que alimentarlas y hay que hacerlo de una buena manera, no sólo haciendo “ejercicios” de cabeza para mantenerlas frescas, sino que ellas también tienen hambre. Así, al igual que nuestros músculos o nuestros riñones piden ciertos nutrientes, los alimentos que les demos a las neuronas también hay que seleccionarlos bien, para mantenerlas bien nutridas.
Nuestra actividad cerebral, como todas las funciones de nuestro organismo, necesita de una buena alimentación para mantener su energía: un buen aporte de nutrientes para favorecer la actividad intelectual y las conexiones neuronales. Es evidente que la actividad cerebral se ve deteriorada con el paso del tiempo, y la agilidad mental no es la misma en un chaval de 20 años que en un hombre de 80 (aunque más de un abuelito le da 100 vueltas a sus nietos en cuestiones de coco)...
Con el paso del tiempo, nos vamos olvidando de recuerdos, sobre todo los más recientes, pero también de datos, de números, y lo que más recordamos son sucesos pasados de hace muchos años. Rememoramos muy bien la infancia y la adolescencia, pero lo que comimos ayer o la conversación con nuestro hijo la semana pasada se ve más difusa. Eso quiere decir que tenemos que entrenar la cabecita desde ya, e igual que vamos al gimnasio para entrenar los músculos, hay que hacer lo mismo con las neuronas, dándoles bien de comer.
El cerebro se alimenta de azúcar (es decir, de hidratos de carbono de manera global). Siempre se lo explico a mis pacientes en consulta: es como si fuese nuestra gasolina, es decir, no le podemos dar proteínas a nuestro cerebro, al igual que a un coche que “come” gasolina no le damos diesel porque nos lo cargaríamos.
Por esta razón es muy importante consumir alimentos que contengan hidratos de carbono, pero es más recomendable optar por los hidratos de carbono complejos más que por los simples. De esta manera, evitaremos futuras enfermedades.
Los hidratos de carbono complejos estimulan la producción de insulina, indispensable para la generación de aminoácidos como el triptófano que nos ayuda a relajarnos y disminuir el estrés. Pero hay más nutrientes a tener en cuenta:
El fósforo mantiene la conexión sináptica entre neuronas, la vitamina B6 interviene en la elaboración de algunos neurotransmisores implicados en la codificación de la memoria, y la vitamina B9 retrasa la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo.
Además, el magnesio ayuda en los impulsos nerviosos, el zinc potencia la memoria y el aprendizaje, y el omega 3 actúa en la transmisión de órdenes del sistema nervioso.
Por esta razón, siempre he recomendado el Jamón Joselito como acompañantepara estos alimentos buenos para la memoria, porque este Jamón nos aporta también cantidades significativas de muchos de estos nutrientes tan importantes, como el fósforo, el magnesio, el zinc o la vitamina B6.
Para cuidar la memoria, se recomiendan alimentos como los frutos secos, la fruta, los huevos, las legumbres y los pescados y mariscos. Repasemos sus ventajas:
Uno de los alimentos estrella para cuidar la memoria son los frutos secos en general y las nueces en particular, ya que son ricas en ácidos grasos que favorecen las conexiones neuronales y polifenoles. De esta forma, evitan el estrés oxidativo y permiten mejorar las capacidades cognitivas.
Este fruto seco es muy recurrente en nuestros platos semanales, como por ejemplo en ensaladas, y yo se lo recomiendo mucho a los pacientes en las medias mañanas o en las meriendas. Por ejemplo, puede ir acompañado de un poco de Jamón Joselito en un aperitivo. Y es que, como siempre hemos dicho, este Jamón (100% de bellota y 100% natural) tiene unos ácidos grasos especialmente recomendables.
También se recomienda comer fruta, sobre todo cítricos o frutos rojos. Contienen ácido fólico y antioxidantes, por lo que protegen las fibras nerviosas y evitan la pérdida de memoria.
Este tipo de alimento también puede ir acompañado de un lácteo como por ejemplo queso, o incluso algo que le gusta más a la gente combinar que es un yogur, a ser posible entero, con toda la grasa… Siempre he dicho que los alimentos hay que consumirlos tal cual son, no hagamos experimentos como quitarles proteínas, grasas y demás para que no “engorden”.
Las legumbres son ricas en hidratos complejos que liberan el azúcar de forma progresiva, por lo que ayudan a mantener la mente activa. Por ejemplo, recomendamos un buen plato de lentejas con Chorizo Joselito, o las Fabes con Pixin y Caña de Lomo Joselito, cuya receta encontraréis en este mismo blog.
Los huevos, además de ser ricos en vitamina B6 y B12 o fósforo, contienen colina, que ayuda a mantener sanas las membranas celulares. Y si le añadimos un poco de Chorizo Joselito, nos quedará un plato redondo. Bueno, y si nos queremos poner en plan gourmet, yo le pondría algo de Coppa Joselito.
Los pescados y mariscos son ricos en omega 3, vitaminas del grupo B, zinc, fósforo y magnesio. En consecuencia, estimulan la producción de dopamina y serotonina, lo que potencia la memoria a largo plazo. Una sugerencia: esta receta de Salmón con Jamón y mostaza de eneldo es un espectáculo y muy fácil de preparar en casa.
Lo dicho, no nos olvidemos de alimentar a nuestra cabeza, ¡no solo de entrenarla!
Biografía:
www.codinma.es
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https://www.axahealthkeeper.com/blog/alimentos-buenos-para-la-memoria/