No soy muy dado a hablar de los niños en cuanto a alimentación y hábitos se refiere, ¿por qué?, porque finalmente acabas teniendo en el mejor de los casos 3 pacientes, el niño, el padre y la madre (o la abuela, la tía, el primo, las 2 madres o la vecina que le lleva al cole por las tardes).
Es decir, cuando un niño entra en consulta, las cosas cambian mucho, y no precisamente por culpa de los niños, sino por la sobreprotección que hay hacia ellos…no sé finalmente quién quiere ser paciente en todo este caos, pero es cierto que los nutricionistas nos volvemos un poco locos.
El caso, que ni en consulta ni en medios de comunicación hablo de niños como os habéis podido percatar, porque es un mundo aparte, pero es verdad que en rasgos generales sí que podemos dar unas cuantas pinceladas según qué temas, y este en concreto me interesa y me gusta porque me transporta a mi más tierna infancia.
En alguna ocasión he comentado que cuando era pequeño, más de uno y más de dos veces le pedía a Papá Noel por Navidad una caña de lomo que bien a gusto podía ser de mi altura. El porqué de esta decisión tan extraña era porque mi madre siempre lo compraba fileteado, ya que si lo compraba entero (como a mi me gustaba) decía que me lo comía como una golosina, y razón no le faltaba a la mujer (bueno, y no le falta porque a día de hoy, con 34 años lo sigo haciendo). Con lo placentero y gratificante que es cortar el embutido.
Esa famosa expresión que es “tocar el violín” a la hora de cortar el jamón en cualquier casa de España.
Yo no sé si conocéis la palabra lambrucear. Se refiere al acto de comer sin ningún orden ni control de manera placentera, un poco estilo “picoteo”. En mi caso se plasmaba de la siguiente manera, algo así como sentarte con un chorizo delante y dale que te pego al cuchillo sin control.
Eso me pasaba a mi con la caña de lomo, que me podía poner en la cocina a cortar sin ningún tipo de control, de ahí que mi madre me dijera que estaba todo el día lambruceando con el embutido. El lomo en particular, el embutido en general. Pero creedme, es uno de los mejores placeres independientemente de la edad. Coger un chorizo Joselito y partir unas buenas rodajas sin necesidad de acabar, ni prisas ni na.
A los niños es conveniente controlar lo que comen y beben porque sino se nos pueden desmadrar y ahí sí que tenemos que entrar nosotros.En la alimentación, si no estamos encima del niño, este se dedican a comer sólo y exclusivamente lo que le gusta y le interesa.
Es muy importante desde pequeños educar en una alimentación variada, que incluya frutas, verduras, legumbres, carnes de buena calidad, pescados de verdad (y no varitas de pescado), las legumbres, el queso, los huevos, los embutidos, las gominolas…todo, hay que enseñarles a comer de todo.
Y ahora entra Joselito. Vamos a exponer cómo contribuyen sus productos en el desarrollo del niño, cómo podemos incluirlos en una buena alimentación y explicar en qué momentos de la semana es mejor comerlo para no caer en el error que tantas veces cometí de manera consciente, y es el lambrucear sin medida.
Parto de la base que no es el peor error, pero tampoco le vamos a dejar al niño el salchichón cortado para que se ponga fino filipino. Veamos un ejemplo del día con diferentes productos Joselito y cómo acompañarlos.
Ya sabemos que Joselito no solo tiene embutidos. Las carnes frescas o sus nuevos productos Joselito Eats, se pueden incluir más que bien en la alimentación semanal del niño. Como siempre digo, es bueno acompañarlo de las raciones diarias necesarias de fruta, de verdura y demás productos, no por eso tenemos que quedarnos cortos de lo demás.
¿Cómo podría ser la alimentación de un niño en un día cualquiera?
Un vaso de leche o un yogur, una pieza de fruta como puede ser una pera y después una buena tostada con aceite y jamón Joselito. El jamón como ya sabemos, aporta al niño grasas de buena calidad que necesita para su desarrollo.
Aquí podemos meter el bocadillo de toda la vida y que tantas veces hemos consumido en nuestra infancia. Lo importante es la buena materia prima, que sea un buen pan y un buen embutido. Por ejemplo bocadillo de caña de lomo Joselito (un buen aporte de proteínas) con rúcula y una manzana (la manzana a parte que veo que me lo metéis todo en el bocata), una pulguita de queso con mermelada por ejemplo, chorizo o salchichón Joselito también…en fin, infinidad de posibilidad y opciones
Una buena base o ración de verduras es bastante importante. Da igual que ese día como lentejas (que contengan verduras) o pasta (también puede contener algo de verduras) y después carne o pescado.
Una carne puede ser un buen solomillo Joselito con tomates cherry, un buen pescado puede ser un salmón al horno con crema de puerros. Y si ya nos ponemos más en plan festivaleros, de vez en cuando podemos optar por los productos Joselito Eats, unas croquetas de jamón, una hamburguesa o unas albóndigas de abanico Joselito, algo diferente de lo que estamos acostumbrados
Todo esto tiene que ir acompañado de una vida saludable, sana y activa como siempre he dicho. No queremos niños sedentarios, hay que ir al parque a jugar, hay que salir al recreo a dar vueltas por el patio, hay que quedar con los amigos para jugar al pilla pilla, hay que reír, hay que ser feliz.
