Son un clásico de nuestra gastronomía, pero hay una diferencia sideral según los ingredientes que utilicemos y la forma de prepararlas, estas alcachofas con jamón Joselito son un éxito asegurado.
Pero empecemos desde el principio. Hemos visto a lo largo del tiempo y también del territorio español muchas formas de preparar este clásico: las alcachofas con jamón. Están los que las hacen cocidas y luego preparan un sofrito con ajo y jamón y se lo añaden en el último momento, están también los que prefieren hacerlas en “flor” y luego poner el jamón por encima, los que las guisan en salsa con trocitos de jamón o incluso los que las laminan finamente, las fríen y les ponen polvo de jamón por encima. Nosotros, vamos a optar por una de las formas más clásicas: alcachofas confitadas y cocinadas en una velouté de néctar Joselito con taquitos de jamón Joselito y un toque final de pesto. Toda una maravilla.
Esta receta, en realidad, son dos partes separadas que se unen al final. Y no hay problema por ello. Además, nos da mucha versatilidad porque podremos utilizar las alcachofas confitadas, por un lado, y, por el otro, esa deliciosa salsa de jamón Joselito. Se nos ocurre, por ejemplo, para unas patatas a la importancia, para unos espárragos blancos o para un plato de pasta.
La receta no tiene complicación ninguna y el jamón Joselito nos aportará una cantidad de umami altamente adictivo. Para la salsa, sólo tendremos que espesar ligeramente el néctar Joselito, clave en la receta. Para terminar le agrego un toque de pesto de albahaca que sorprenderá a más de uno, pero que funciona de perlas con la combinación de las alcachofas y del jamón. Para confitar las alcachofas solo habrá que pelarlas bien, quitar los pelillos del interior y cocinar sumergidas en aceite a fuego muy suave hasta que estén tiernísimas.