La seca, el enemigo imperceptible de la dehesa y que marchita los árboles del género Quercus, podría tener los días contados. Desde hace más de tres años, Joselito lidera, alienta y desarrolla un proyecto conjunto con la Universidad de Oviedo y la Junta de Extremadura para acabar con los males que genera el hongo phytophtora cinnamom.
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El equipo liderado por Joselito está ganando esta batalla a través de una solución 100% natural y vernácula. En una iniciativa pionera a nivel mundial, un panel de expertos ha analizado el efecto de las plantas autóctonas de la dehesa con actividad antifúngica para frenar el avance de la seca. Estas plantas, al ser dispuestas en una zona afectada por el fitóftora, detienen los daños y protegen a encinas y alcornoques de tan letales efectos.
En este pormenorizado estudio los investigadores están haciendo especial hincapié en la actividad de algunas plantas que destacan por su capacidad antifúngica. Como si de excelentes cortafuegos o diques anti fitóftora se tratara, estas especies ya han sido plantadas en algunas áreas de dehesa Joselito levantando una importante defensa contra el hongo y deteniendo los estragos.
En el proyecto liderado por Joselito, está trabajando uno de los mejores equipos de microbiología de España, dirigido por el doctor Felipé Lombó, de la Universidad de Oviedo, que cuenta además con una doctoranda dedicada en exclusiva a desarrollar su tesis doctoral sobre este proyecto de investigación. Este equipo cuenta con el apoyo y la financiación con fondos europeos (FEDER) de la Junta de Extremadura. El proyecto lleva por título: Búsqueda, obtención y biosíntesis heteróloga de metabolitos vegetales con actividad inhibitoria frente al hongo fitopatógeno phytophtora cinnamomi. Protección de la biodiversidad de la dehesa, aprobado por la Junta de Extremadura y cofinanciado por la Unión Europea.
Si mentamos fitóftora, los hombres de la dehesa saben perfectamente qué significa esta esdrújula. Y se pondrán en guardia al escuchar el nombre de este patógeno mortal. Saben de sobra que una encina florece y culmina su hermosa copa y su arboladura en 30 o 40 años. Sin embargo, este hongo oomiceto puede acabar con ella en apenas unas semanas. Si no se le pone remedio, la fitóftora podría devastar el campo español y acabar con la bellota, piedra angular sobre la que se asienta la crianza del cerdo de tronco ibérico. La pavorosa seca se produce en un proceso con dos pasos y tiene una progresión letal fulgurante. La acción de diversos insectos cuyas larvas se alimentan de la madera y el fruto de encinas y alcornoques se combina con los efectos de la temida Phytophthora cinnamomi.
Este hongo oomiceto es el patógeno más importante causante de la más peligrosa enfermedad de la encina y la podredumbre radical en especies leñosas en el campo español. Como señala Juan Luis Gómez, responsable de campo de Joselito, “la seca es una enfermedad sorda, que hace estragos y no se ve. Lo hemos comprobado haciendo ortofotos durante muchos años. Desde el aire se ve perfectamente cómo van clareando zonas”. “Esta enfermedad pluricausal afecta a los árboles del género Quercus por un desajuste inmunitario debido a factores estresantes, falta de agua, contaminación ambiental, aumento de parásitos por el calentamiento global... Todos estos factores debilitan el sistema inmune de los árboles facilitando la acción de la Phytophtora cinnamomi”, agrega Beatriz Isabel, coordinadora de Investigación y Desarrollo de Joselito.
El tremendo problema que apareja la seca ha hecho saltar las alarmas fuera de nuestras fronteras. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera al pseudongo fitóftora, invisible al ojo humano, una de las especies invasoras más dañinas del planeta. Por si fuera poco, no solo ha colonizado el territorio, sino que además se ha vuelto más agresivo en su ataque a las raíces de los árboles. No erradicar o hallar escudos naturales contra la seca tendría consecuencias directas, medioambientales y económicas, catastróficas, a corto y medio plazo. El jamón ibérico de bellota y demás productos derivados de la crianza en montanera corren serio peligro, y en un plazo de 20 o 30 años podrían ver cómo desaparece su hábitat natural. Comprometido con la salvaguarda del bosque mediterráneo y sus moradores, Joselito no escatima esfuerzos para que este escenario tan indeseable jamás tenga lugar.
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