Especies de aguas templadas aparecen cada vez en mayor número en latitudes septentrionales; la desertización avanza, imparable, rumbo el norte; tempranísimas olas de calor, huracanes cada vez más destructores, glaciares que menguan, migraciones inéditas... Ya se elabora champagne en el sur del Reino Unido, hito impensable por su humedad y su baja temperatura. Pese a algunos negacionistas, el cambio climático es una realidad palmaria que nos afecta. Desde Joselito siempre hemos estado en comunión con la madre naturaleza. Pudiera parecer esnobismo oportunista lo de la ganadería responsable, la sostenibilidad y las buenas prácticas en el ámbito rural, pero a nosotros no nos coge de sorpresa porque llevamos esa filosofía en nuestro ADN desde hace exactamente 151 años.
Y no es cosa de científicos y estudiosos metidos en sus Torres de marfil cribando estadísticas. Es una cuestión de la cesta de la compra. El calentamiento global tiene unos efectos indeseados en la alimentación. Según datos de la FAO, hay que aumentar la producción de alimentos un 60% para mantener el ritmo del crecimiento demográfico. Y somos 7.000 millones de personas, que además damos cuenta de la proteína más consumida en el mundo: la carne de cerdo y sus variantes. En el sistema de producción tradicional (asociado a la dehesa, el hábitat natural del cerdo ibérico), el animal protagoniza un rol fundamental para garantizar la sostenibilidad del ecosistema. Porque el porcino ibérico está ligado directamente a la gastronomía, al paisaje puramente español, además de albergar en su historia una profusa tradición literaria y cultural.
Hay que recordar que en el sector porcino España aplica el modelo de producción europeo, que conlleva la legislación más exigente del mundo en cuanto a bienestar animal, seguridad animal y protección del medio ambiente. El propósito es asegurar que los animales tienen una buena alimentación, un buen alojamiento, un buen estado de salud y un comportamiento apropiado para las necesidades de la especie. Pero Joselito va mucho más allá. Nuestros ‘Happy Pig’ viven en total libertad y gozan de entre dos y tres hectáreas de bosque mediterráneo cada uno, para su perfecto desarrollo y felicidad. Además su alimentación es 100% Natural, aprovechando todo lo que el campo ofrece, principalmente bellota y hierba en época de Montanera. Este sistema de producción, totalmente natural y tradicional, minimiza el impacto sobre el medio ambiente, manteniendo el equilibrio en un ecosistema tan importante.
El atávico hogar, por tanto, del Cerdo Joselito es la dehesa, un ecosistema que genera empleo, fija población en España y combate el cambio climático en regiones históricamente deprimidas. Su desaparición tendría resultados catastróficos para todos. Por eso Joselito se ha propuesto con especial ahínco luchar contra la seca, esa pavorosa enfermedad que aniquila y marchita los árboles del género quercus, encinas y alcornoques principalmente. Para combatirla, un equipo de investigación liderado por Joselito en colaboración con la Universidad de Oviedo y la Junta de Extremadura, está desarrollando e implementado una innovadora solución que es 100% natural a base de flora autóctona.
Abundando en nuestro compromiso con el planeta, nuestros cerdos gozan de suelos sin metales pesados y disfrutan de uno de las atmósferas más limpias de la Unión Europea. Sus carnes y cortes no llevan conservantes o aditivos. Y jamás los llevarán.
Por si fuera poco lo expuesto, Joselito ha sido la primera empresa empresa agroalimentaria en obtener el prestigioso sello de calidad forestal PEFC (Asociación para la Certificación Española Forestal, organización sin ánimo de lucro) que acredita un fehaciente compromiso con el medio ambiente. El objetivo de PEFC, la asociación más importante del mundo en cuanto a sostenibilidad forestal, es asegurar que los bosques de nuestro planeta sean gestionados de forma responsable, y que su multitud de virtudes –o sea, ser pulmón e insuflar oxígeno– estén protegidas para generaciones presentes y futuras. Para ello cuenta con la colaboración de propietarios y empresas del sector, que apostando por la certificación de sus bosques e industrias, están asegurando la sostenibilidad del gremio. Inculcando el amor por la dehesa a los que vendrán y heredarán el campo, Joselito ha plantado más de 165.000 árboles desde el año 2003 (encinas y alcornoques principalmente), dando cumplida cuenta de un plan de reforestación a 30 años, con un ambicioso objetivo. Algunos brotes verdes ya se perciben. Y ahí estaremos siempre plantando batalla.