El jamón no debe de ser un alimento prohibido en las dietas. La tendencia generalizada y cada vez más extendida de cuidarse, nos lleva a interesarnos por los alimentos que nos gustan y a la vez nos asustan por su aporte calórico. Buenas noticias para los que pensabais que el jamón engorda: lo rico también puede ser sano. ¿Sabes por qué las dietas no excluyen el jamón? Lo que se come debe de ir en consonancia con las calorías que el cuerpo puede gastar; no es recomendable atiborrarse a jamón, pero sí aconsejable disfrutarlo en cualquier dieta equilibrada por su poder saciante y nutritivo, el jamón no engorda tanto como mucha gente cree.
Un dato a tener en cuenta es que 100 gr. de jamón ibérico de bellota Joselito equivalen a 309 kcal , si se lleva a cabo una dieta ajustada a la cantidad de calorías que necesita nuestro cuerpo y acompañada de ejercicio, se consideran adecuados y saludables hasta 50 gr. de jamón ibérico dos veces por semana.
La grasa en el jamón es la principal fuente de controversia y el objeto de la mala reputación del pernil. Lo que no todos saben es que el jamón ibérico de bellota posee una grasa de excelente calidad y que además es rica en antioxidantes. Es importante destacar que la grasa dependerá de diversos factores: la parte del jamón que se consuma -con más o menos grasa-, la alimentación del animal, la raza, edad, sexo y hábitat. Pero lo cierto es que, aunque asociamos el jamón con una gran cantidad de grasa, más del 50% de la grasa del jamón ibérico son grasas insaturadas, principalmente ácido oleico (bueno para la salud). Los ácidos grasos monoinsaturados son muy superiores en el cerdo que en otras carnes, especialmente si ha sido alimentado de bellota, puesto que presentará un alto contenido en ácido oleico.
Existen fundamentalmente tres tipos de grasa: la grasa saturada, abundante en los alimentos de origen animal (carne, leche, huevos), considerada en exceso dañina para la salud y que contribuye a engordar. La grasa monoinsaturada, que desde el punto de vista del riesgo cardiovascular, se considera saludable, como ocurre con la del aceite de oliva. Y las grasas poliinsaturadas, que se consideran también grasas saludables, abundantes en los aceites de semillas y en el pescado azul. Tradicionalmente se pensaba que la carne de cerdo contenía mucha grasa saturada, de ahí la idea errónea de que el jamón engorda; sin embargo, se ha demostrado que no es así, puesto que tiene menos grasas saturadas que otras carnes como la de vaca o cordero.
Otro elemento que se asocia erróneamente con el jamón es el colesterol alto. El ácido oleico, que encontramos en la composición del jamón de bellota, eleva la producción del colesterol HDL (colesterol “bueno”) y disminuye el LDL (colesterol “malo”). De esta manera, cuando se consume jamón de forma moderada se ayuda a mantener los niveles de colesterol adecuados y se previenen las enfermedades cardiovasculares.
Gracias a su gran aporte de nutrientes, es habitual la recomendación de consumir jamón en casos de anemia. El jamón ibérico es una gran fuente de vitaminas, especialmente del grupo B donde destacan B1 y B12, además de minerales como hierro (en forma de hierro-hemo, fácilmente absorbible), fósforo, potasio, sodio, magnesio y calcio.
¿Puede el jamón llegar a verse como un aliado en las dietas? Sí, esto se debe al efecto de saciedad que genera y al aporte de proteínas, ya que en algunas dietas existe la necesidad de un mayor aporte de vitaminas y minerales para que la dieta esté equilibrada.
Con el pretexto de evitar engordar, alguna vez habrás visto a alguien retirar la grasa visible del jamón, conocida popularmente como tocino. Es un error, el tocino es el artífice del sabor y una de las partes más nutritivas. Haciendo dieta se puede comer una cantidad moderada de jamón, y puedes y debes permitirte disfrutar de él al completo.
El jamón ibérico es un elemento característico de la dieta mediterránea, el paradigma de la alimentación equilibrada y sana. El jamón engorda si se consume en grandes cantidades, así como muchos alimentos naturales y otras cosas que comemos. Pero, en su medida, no sólo tiene cabida dentro de una dieta sana, sino que además es recomendable por los numerosos beneficios que reporta. Y si es jamón ibérico de bellota, el porcentaje de proteínas es mucho mayor (y si es Jamón Joselito, además de beneficioso para la salud, lo es para el paladar).
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