Secos, melosos, caldosos, fritos, al horno… el mundo de los arroces es tan amplio y versátil que adentrarse dentro de él se puede convertir en un laberinto de complicaciones o, si sabes ciertos trucos para elaborar el arroz perfecto, en un paraíso de platos llenos de sabor, contrastes y mucho disfrute. Se dice mucho eso de que “hay que tener mano para los arroces” pero lo cierto es que a lo largo de estas líneas podréis ver cómo, con ciertas pautas, triunfar por todo lo alto con diferentes recetas de arroz ibérico con embutidos Joselito.
Elegir el grano de arroz adecuado para cada tipo de receta es algo clave por lo que si queremos preparar uno seco, como la clásica paella, tendremos que optar por variedades bomba, sènia o bahía, aunque hay otras de producción más limitada también muy interesantes para esto. Hablando de paellas, un lomo curado Joselito finamente loncheado, 100% natural y sin aditivos ni conservantes, será el aderezo perfecto para una a base de judías verdes de temporada y tirabeques. Pero a modo seco, y también con arroz bomba, os propongo además un arroz al horno de judías blancas, patata y chorizo y panceta Joselito, ambos delicadamente posados sobre el arroz terminado en el último momento.
“Las innumerables posibilidades del arroz junto a la excelencia de Joselito abren la puerta a muchas recetas llenas de sabor, contrastes y sorpresas.“
Otra de las claves para conseguir un arroz perfecto es un buen sofrito previo, en el caso de este arroz al horno con un poco de ajo, tomate, cebolla, pimentón y azafrán, y un caldo repleto de sabor que para nuestro Arroz Joselito al horno he hecho a partir de carcasas de pollo. Por supuesto, el tiempo de preparación es fundamental y la cocción de un arroz seco de este tipo debe rondar los 18 minutos, primero a fuego fuerte y los últimos 10 minutos al mínimo.
Joselito es un excelente aliado para preparar arroces pues sus embutidos son perfectos para aportar el toque final y de contraste que eleve nuestras recetas. Sus cerdos ibéricos alimentados únicamente con bellotas y hierbas (¡comen más de 7 kilos de bellotas y 3 de hierba al día en época de montanera! ) resultan en piezas curadas de extremada elegancia en boca pero con el carácter que merecen.
Para un arroz ibérico meloso tipo el risotto italiano, la variedad más agradecida sería un carnaroli o un arborio y como propuesta para elaborar en casa les animo a que preparen un risotto verde de pimientos y paleta Joselito cuyo sofrito sólo incorporará cebolla y pimientos verde y amarillo. Posteriormente, una vez rehogado el arroz, se irá vertiendo un caldo de verduras (triple cantidad de caldo que de arroz) a medida que el grano vaya absorbiendo el líquido anterior, removiendo de vez en cuando con cuidado de que no se pegue. Tras los reglados minutos de cocción terminaremos el arroz con una perla de mantequilla y un triturado de hojas de cebollino y perejil para darle el fulgor y el sabor final que quedará potenciado por las láminas de Paleta Joselito cuya grasa se fundirá al ser de excepcional calidad sólo con el calor residual del plato.
Pero esto no es todo, a partir de aquí el mundo es amplio y esta gramínea permite cientos de combinaciones y formatos como un arroz caldoso de rape y papada Joselito que se convierte automáticamente en un mar y montaña para no dejar de meter la cuchara. También es un excelente aperitivo si lo deshidratamos y lo freímos y haciendo unas finas tortas sufladas nos sirven a modo de base para coronar con un tartar de salchichón. La versatilidad del arroz, si se sabe trabajar, es fantástica y con los embutidos Joselito se abren puertas que todavía lo consagran más.