Jugoso y sabroso, cocinado en su punto y con una salsa adictiva: este solomillo a la pimienta negra lleva el toque indiscutible de Joselito y además es fácil y natural.
En los años veinte no había un plato con más elegancia que el solomillo o chateaubriand a la pimienta, algo que duró bastantes años y que hoy en día tenemos la obligación de recuperar por la auténtica delicia que es, alejándonos de todas las preparaciones industriales que poca gracia le han hecho a esta receta.
El protagonista aquí, indudablemente, es el solomillo que ahora se adquiere ultracongelado para estar fresco durante todo el año guardando sus propiedades, y que únicamente requiere un paso por la plancha o la brasa para sellarse bien por fuera -tras haberlo limpiado de forma cautelosa- y dejarse reposar hasta ser terminado con la salsa. También se podría cortar y dorar elaborado en medallones directamente, otra opción perfectamente válida.
La salsa de pimienta negra, como la de pimienta verde que es también archiconocida, tiene ese retrogusto punzante de la especia con toda la cremosidad de la nata y el fondo del vino de Oporto evaporado que deja su regusto final.
En los años ochenta no había festín que no contase con algún ingrediente “a la pimienta” y desde el solomillo podríamos ver incluso al pollo o a alguna pieza de casquería, aunque lo cierto es que el solomillo Joselito es el protagonista perfecto para una comida o cena 100% natural, saludable y rápida.
Basta una materia prima cercana y sin necesidad de hacer grandes maravillas en la cocina, más que la de respetar el producto de calidad. Queremos hacer hincapié en que la carne fresca de cerdo Joselito debe ser consumida poco hecha, ya que ha pasado rigurosos controles de salud y calidad y es de esta manera en la que se aprecian sus mejores cualidades.
Por supuesto, esta receta también podría prepararse con pimienta verde, que es el fruto inmaduro de la planta que da tanto la pimienta negra como la blanca y que proporciona un punto de encurtido muy característico y especial.
Lo importante, se utilice la pimienta que sea, es que hagamos cantidad más que de sobra para untar bien la salsa en la carne y posteriormente en el pan con el que se harán barquitos. Aprovechando el Jamón Joselito, también es una idea fabulosa saltear unos taquitos de las puntas (los más secos) con la pimienta, para añadir un fondo más potente a la salsa y con el sabor único del Mejor Jamón del Mundo.
En esta ocasión, en lugar de caldo de carne para animar el jugo, añadiremos caldo de huesos de jamón, el consomé Joselito que tan delicioso es. Así bien, si utilizamos un poco de consomé Joselito para hacer la salsa, tendremos que tener cuidado de no salarla en exceso, ya que la salazón de los propios huesos será suficiente probablemente para darle el punto de yodo a la salsa.