Esta preparación americana es deliciosa, sabrosa y perfecta para servirla de muchas maneras. ¡Conviértela en todo un manjar!
Se trata de una carne de cerdo deshebrada, cocinada generalmente a baja temperatura y durante mucho tiempo hasta que se deshace y queda tiernísima. Entonces, se mezcla con la propia salsa de la cocción y se puede disfrutar de muchísimas maneras. El pulled pork es toda una institución en Estados Unidos y, en España, se ha hecho famoso generalmente porque algunas hamburgueserías americanas lo elaboran dentro de panecillos. Aún así, se puede comer tal cual al lado de un bol de arroz, con unas judías pintas guisadas, acompañado de un poco de verdura, sobre un poco de puré de patata o también en formato bocadillo.
A pesar de que se asocia con ser un plato moderno, esta elaboración tiene detrás muchísimos años de historia. De hecho, se podría relacionar fácilmente con preparaciones ancestrales como la cochinita pibil, que se cocinaba en hornos de barro enterrados, envuelta en hoja de plátano y también condimentada. Utilizando cerdo de la misma manera. Aquí, lo diferente es que los condimentos varían. En general, en Estados Unidos se relaciona el pulled pork con el humo, generalmente se ahuma aunque la realidad es que la receta se ha extendido saliéndose de este ahumado característico. Para los que quieran evitar tiempos de espera, la opción más sencilla es, sin duda, la olla exprés. Lo tradicional sería una olla a fuego lento y muchísimas horas pero utilizando la olla exprés en menos de una hora se tiene listo este plato tan delicioso.
La presa Joselito le da un carácter muy especial al pulled pork, con mucha más intensidad de sabor que cualquier otro tipo de cerdo. Además, es un corte con algo de infiltración grasa que ayuda mucho a la jugosidad posterior de la receta. Si lo quisiéramos aún más jugoso podríamos incorporar un poco de secreto. La presa se podría marinar con antelación, en esas especias, aunque luego no se debería marcar a la plancha vuelta y vuelta ya que se correría el riesgo de que se quemara toda la mezcla.
La presa queda muy bien también curada, en una mezcla de sal, azúcar y especias, para luego servirla en tataki o carpaccio. Como en el caso de la presa curada con caponata. Funciona muy bien salteada a fuego fuerte, tanto con salsas como la presa con coles de bruselas, como frita en abundante aceite de oliva, ejemplo de ello es la presa frita con tumbet mallorquín. Las opciones son infinitas pero lo más importante es que utilizamos una carne 100% natural, sin aditivos ni metales pesados, buena para nuestro organismo y tremendamente versátil.
Ingredientes:
- Preparación: