¿Quién dijo astenia primaveral? ¿Cómo que esta maravillosa estación apareja un bajón de nuestro ánimo? Que si dátiles, frutos secos, plátanos, yemas de huevo, que si millones de microscópicos beneficios en ciruelas, aguacates y piñas... Que toda esta dieta y estos maravillosos productos están requetebien pero unas buenas lonchas de jamón Joselito también te colocan el ánimo en la estratosfera.
Porque sepan ustedes, queridos adoradores de perniles y paletas, que nuestro delicioso jamón está cuajadito de triptófano, un aminoácido esencial para que nuestra anatomía dé el callo a diario, imprescindible para echar una mano en nuestros metabolismos, y ¡voila! un formidable generador de serotonina que es ese neurotransmisor que ahuyenta la depresión, el mal humor y equilibra nuestras emociones. O sea, que el triptófano nos hace tremendamente dichosos. Encima es totalmente natural y no tiene efectos secundarios. Por eso se denomina a este maravilloso aminoácido la hormona de la felicidad.
Por si fuera poco, nuestro jamón aporta tanto hierro como 100 gramos de lentejas o las espinacas que se merendaba Popeye, un mineral perfecto para que nuestro anatomía se encuentre a tope en estos días de más desgaste. ¿Y aparecen problemas de sueño en estos días de descoloques y cambios horarios en el que la luz de la tarde se prolonga hasta el momento de la cena? No hay problema, el jamón, debido al mencionado triptófano, puede influir beneficiosamente en la producción de melatonina, una sustancia que ejerce un papel crucial en la regulación del ciclo de sueño-vigilia o lo que los expertos en Morfeo vienen a llamar ciclo circadiano. Haber dormido en condiciones representa una jornada plena, vigorosa y con confianza hasta que volvemos a echarnos de nuevo en brazos del dios del sueño.
Con los días dilatados, con atardeceres más largos y con una vida social que empieza a llenar nuestras agendas de citas y compromisos, se presentan buenos momentos para compartir raciones y picoteos con familiares y amigos, lo que nos dibujará en el semblante una sonrisa de oreja a oreja. Hasta cortar el jamón puede ser una actividad de lo más relajante, ya que requiere concentración, cierta precisión, pausa y detenimiento... Nuestra mente se focaliza en una actividad que tiene un gran colofón cuando disponemos en perfecta alineación las lonchas sobre loza blanca y posteriormente inundan nuestro paladar de suculencia y júbilo. Por si fuera poco, el jamón es un perfecto aliado para acompañar recetas con productos de temporada. Guisantes, fresas, judías verdes, calabacines, sin olvidar habas o alcachofas, armonizan con nuestro producto estrella agigantando aún más su versatilidad.
Si a todo lo expuesto le añadimos unos hábitos de vida saludables, ejercicio físico moderado y un escrupuloso respeto por nuestros descanso, pasaremos una primavera de lo más plácida, con nuestros niveles de humor por las nubes. Corte unas lonchas, trocee unos taquitos. Dése pequeños homenajes en estas jornadas y reverdezca su ánimo. Ya lo sabe: no hay que buscar remedios en la farmacopea porque el Jamón Joselito es un formidable antidepresivo, nos ayuda a conciliar el sueño y mantiene nuestra autoestima por las nubes. Y su sabor es sinónimo de felicidad.
